El argentino Tomás Etcheverry venía mostrando señales de recuperación en la gira asiática, con actuaciones que devolvían la confianza luego de ocho meses de altibajos en el circuito. Sin embargo, un inconveniente físico interrumpió de golpe esa ilusión. El tenista platense, número 63 del ranking mundial, debió retirarse en los cuartos de final del ATP 250 de Hangzhou frente al francés Corentin Moutet (39°) cuando el marcador parecía inclinarse a su favor.

La semana de Etcheverry había comenzado con buenas sensaciones. Tras su papel destacado en la serie de Copa Davis en Países Bajos, donde fue pieza clave en la clasificación argentina, encaró este tramo del calendario con renovada energía y un nuevo equipo de trabajo: Waly Grinóvero y Kevin Konfederak reemplazaron a Horacio De la Peña en su staff técnico. Y los resultados iniciales acompañaban.

Tomás Etcheverry se tuvo que retirar por lesión (Crédito X)

En su debut en China venció al bosnio Damir Dzumhur en sets corridos, y en la segunda ronda se impuso al australiano Rinky Hijikata con solidez, sin ceder un solo parcial. El público local lo recibió con entusiasmo y su tenis, agresivo desde el fondo de cancha, lo colocaba como uno de los protagonistas del torneo. En cuartos, ante Moutet, ratificó esa tendencia: se quedó con el primer set por 6-3, firmó tres aces y alcanzó un 79% de efectividad con el primer servicio.

El panorama pintaba auspicioso hasta que, ya en el segundo parcial y con ventaja de 3-0, el físico le pasó factura. Un fuerte dolor en los músculos abdominales oblicuos le impidió continuar sacando con normalidad. El gesto de frustración fue evidente y, tras pedir asistencia, decidió abandonar. Entre aplausos de los aficionados, que reconocieron su entrega, Etcheverry dejó la cancha pidiendo disculpas por no poder terminar el partido.

La imagen resultó doblemente dolorosa porque el platense no solo estaba dominando el encuentro, sino que parecía encaminado a una victoria de peso. Su rival, Moutet, terminó avanzando directamente a las semifinales, aunque admitió que el desarrollo hasta ese momento había sido favorable al argentino.

Ahora, el futuro inmediato de Etcheverry queda atado a los resultados médicos. En las próximas horas se someterá a una resonancia que determinará la gravedad de la lesión y, en consecuencia, cómo seguirá su calendario. Si se confirma un desgarro, el bonaerense quedaría automáticamente fuera del ATP 500 de Pekín, donde figuraba como inscripto, y debería pausar su actividad por varias semanas.

El golpe anímico es fuerte, porque Etcheverry venía de recuperar confianza y soñaba con alcanzar una nueva final de ATP, algo que ya logró en tres oportunidades —Santiago y Houston en 2023, Lyon en 2024— aunque todavía le falta conquistar su primer título. Además, el tramo asiático del Tour ofrecía oportunidades importantes: tras los 250 de Hangzhou y Chengdu llegaban dos torneos de jerarquía 500, en Pekín y Tokio, con figuras como Jannik Sinner, Carlos Alcaraz, Francisco Cerúndolo y Sebastián Báez en el cuadro principal.

Más allá del desenlace en China, el balance hasta el momento mostraba un Etcheverry más competitivo, con golpes de derecha profundos y una actitud renovada que ilusionaban con un repunte en el ranking.