Independiente atraviesa uno de los momentos más delicados de los últimos años. A la crisis futbolística que arrastra, con un arranque de torneo que lo dejó último en su zona y doce partidos consecutivos sin ganar, se le sumó un nuevo frente de conflicto que encendió la mecha entre los hinchas y la dirigencia: el cambio de marca de indumentaria.

La Comisión Directiva decidió en su última reunión no renovar con Puma, proveedor del club durante 16 años, y avanzar con la oferta de la empresa nacional Atomik. La noticia, que en principio parecía un trámite administrativo, terminó desatando un verdadero escándalo institucional y político.

De acuerdo con lo aprobado en la reunión de CD, Atomik ofreció un contrato por seis años que comenzaría a regir en enero de 2026. El acuerdo incluía un canon anual de 1.100.000 dólares, regalías del 5% y premios en divisas por títulos o clasificaciones internacionales, además de un pago inicial de 3.000.000 de dólares al momento de la firma.

En comparación, Puma había igualado la primera propuesta gracias a la cláusula de preferencia que la beneficiaba, pero la marca argentina mejoró su oferta en las últimas semanas, inclinando la balanza. “Durante el último mes, la Comisión Directiva ha evaluado las propuestas recibidas tanto de PUMA como de ATOMIK, y en este proceso la oferta de ATOMIK prevalece, hasta el momento, por sobre la continuidad de PUMA. Las negociaciones se encuentran en curso y PUMA sigue teniendo las puertas abiertas para mejorar su última oferta”, expresó el club en un comunicado oficial.

El comunicado de Independiente (Crédito: X)
El comunicado de Independiente (Crédito: X)

Puma, por su parte, respondió con un texto en el que sostuvo: “La empresa ha cumplido con todas las etapas requeridas para avanzar con la renovación del contrato con el club, y seguirá utilizando todos los mecanismos formales disponibles para continuar acompañando como marca a su comunidad”.

La respuesta de Puma (Crédito: Instagram)
La respuesta de Puma (Crédito: Instagram)

Lo que en principio fue un anuncio comercial terminó por transformarse en un motivo de protesta. Este martes hinchas autoconvocados y agrupaciones opositoras se concentraron frente a la sede de la avenida Mitre 470 para rechazar el acuerdo con Atomik. La bronca se venía acumulando desde hace meses y explotó cuando se oficializó la intención de romper el vínculo con la firma alemana.

Para los simpatizantes del Rojo, el cambio significa una pérdida de prestigio en la camiseta y un retroceso en la proyección internacional. En redes sociales, la mayoría de los comentarios apuntaron contra la dirigencia por no defender la continuidad de Puma, incluso en un contexto de crisis deportiva y anímica que ya tenía a la hinchada crispada.

Los hinchas de Independiente en la sede (Crédito: X @InfiernoRojo)

Dentro de la propia Comisión Directiva, la decisión también generó divisiones. Mientras que el presidente Néstor Grindetti y la mayoría avalaron la propuesta de Atomik, otros dirigentes cuestionaron la negociación y la falta de protagonismo del área de marketing. La oposición, además, planteó que el oficialismo cobraría casi el 40% del contrato durante su gestión, que vence en diciembre de 2026, algo que alimentó las suspicacias.

Todo ocurre en paralelo a un presente futbolístico sombrío. Tras la salida de Julio Vaccari y la llegada de Gustavo Quinteros, el equipo no logra levantar cabeza y acumula la peor racha de su historia en un torneo local. A la par, el reciente fallo de la Conmebol que lo dejó afuera de la Copa Sudamericana tras los incidentes contra la Universidad de Chile agravó el clima en la institución, que no parece tener paz en un futuro próximo.