Los videos de la salvaje noche entre Independiente y U de Chile
Hay al menos 18 heridos, dos de ellos en grave estado, y más de 100 detenidos. El paso a paso de lo sucedido en Avellaneda.
El medio partido que disputaron el miércoles por la noche Independiente y U de Chile en el marco de los octavos de final de la Copa Sudamericana quedará recordado para siempre como uno de los hechos de violencia más graves jamás registrados en el fútbol del continente. Hasta el momento, la cifra de heridos es de 18 personas y la de detenidos llega a 110. Un repaso por lo que ocurrió. Cómo se llegó a semejante catástrofe y las posibles sanciones para los clubes.
Todo inició antes de que comenzara el partido, cuando el operativo de seguridad optó por colocar Tribuna Sur Alta a los casi 3.500 hinchas chilenos sin una reja que los contenga, mientras en la grada de abajo había miles de simpatizantes del Rojo. El siguiente error fue, también de las fuerzas encargadas de velar por la paz, que permitieron que barras del club trasandino ingresaran al Libertadores de América con bengalas, bombas de estruendo y hasta cuchillos (que se pueden observar en alguno de los videos virales).
Una vez que arrancó el partido, fue la parcialidad visitante la que le encendió el caos al dedicarse durante varios minutos a arrojar objetos contundentes desde una tribuna a otra. Estos iban desde hielos, pedazos de escombro, tablas de madera, palos o butacas. A medida que el tiempo pasaba y nadie los contenía, los objetos iban aumentando en cantidad y contundencia hasta llegar a un inodoro. “Nos tiraron bolsas con caca”, exclamó indignado un fanático de Independiente al salir de la cancha en diálogo con TyC Sports.
Para el entretiempo la situación en la Tribuna Sur Alta ya era de descontrol. Decenas de barras estaban atacando a la Tribuna baja y a uno de los codos, al que arrojaron una bomba de estruendo que explotó en una zona donde acuden familias. Ese fue el momento de quiebre.
El operativo de seguridad ordenado por Aprevide se arremangó y entró en acción. ¿Cuál fue la medida? Pedir amablemente por altoparlantes a la parcialidad de U de Chile que se retirara en paz del estadio. Obviamente, esto no sucedió.
Mientras tanto, en el campo de juego, después de más de media hora de entretiempo por el conflicto en la grada, el árbitro Gustavo Tejera, amparado por los veedores de la Conmebol, dio el OK para que se inicie el segundo tiempo. Fueron menos de 5 minutos los que se jugaron, porque la cordura de los propios futbolistas obligaron a que lo detuviera ante la violencia.
Mientras decenas de barras chilenos seguían arrojando de todo a las tribunas linderas, un grupo de hinchas de Independiente de la Tribuna Sur Baja optó por trepar las rejas que separan la grada del campo de juego y pedir auxilio ante la lluvia de piedras y palos que caían del cielo.
Fue entonces que una facción de la barrabrava del Rojo, aclamada por varios hinchas presentes, abandonó la Tribuna Norte Baja donde suelen ubicarse e inició una marcha hacia la Sur Alta, en búsqueda de la parcialidad chilena. Después de cruzar pasillos internos y derribar un portón de seguridad, pudieron irrumpir en el sector e inició una batalla contra de barras entre la argentina y la chilena.
Mientras tanto, la seguridad permitió a los hinchas del Rojo de la Sur Baja moverse hacia las plateas laterales del estadio para refugiarse. Y, al mismo tiempo, miles de seguidores de la U de Chile ya habían desalojado su sector rumbo a los micros, en donde alli sí estaban los agentes de seguridad de la Policía que los recibieron con bastonazos.
La escena más violenta ocurrió minutos después, cuando la barra del Rojo, después de enfrentarse a sus pares de U de Chile debajo de la tribuna, ganó terreno y pudo irrumpir en el sector asignado a los visitantes en donde ahora quedaban no más de 10 chilenos, acorralados en un rincón.
A ellos los golpearon y les robaron la ropa hasta dejarlos desnudos. Incluso, uno de los simpatizantes de la U cayó al vacío al intentar trepar por una reja y seer golpeado por un palo que sostenía un barra del Rojo, que antes, con ese mismo objeto, había noqueado a otro chileno.
Mientras eso sucedía, la Policía estaba dividida en dos: un grupo custodiaba los micros de hinchas de U de Chile y el otro se encargaba de contener a bastonazos a los seguidores del Rojo que, ubicados en otros sectores de la cancha, buscaban irse del estadio para marcharse a sus casas. Esto hizo que los oficiales olvidaran custodiar el playón donde se estacionó el bus del plantel visitante, cuyos vidrios fueron destruidos a piedrazos.
Según el último informe, hay 18 heridos, dos de ellos de gravedad. Hay más de 110 detenidos, la enorme mayoría chilenos.
El partido fue suspendido y restan por disputarse casi la totalidad del segundo tiempo. Por lo pronto, no hay decisión alguna de Conmebol, que apenas publicó un escueto comunicado por lo sucedido: “Teniendo en cuenta que se ha cumplido con lo establecido en el Manual de Clubes para situaciones similares, sin que la situación se haya subsanado, se procede a la cancelación del partido y el caso será derivado a los Órganos Judiciales de la CONMEBOL para futuras determinaciones”.
Por eso el escenario de sanciones es incierto y habrá que ver qué si el organismo decide por expulsar a alguno de los equipos del torneo, sobre todo después del antecedente de comienzos de año cuando por incidentes en una tribuna en Chile a Colo-Colo que se le dio por perdido 3 a 0 su partido ante Fortaleza por la fase de Grupos de la Copa Libertadores.
Quien habló por la madrugada con TyC Sports fue Néstor Grindetti, presidente de Independiente, que adelantó su postura: “Desde ya que vamos a estar defendiendo los intereses de independiente porque el club no tuvo nada que ver. el comienzo del problema y la continuidad fue de un solo publico, hay 90 detendios que son simpatizantes de la U, hay un claro responsable y evidente. Corresponde claramente una sanción al club chileno y una liberación de la responsabilidad a Indpendiente".