Se disparan el dólar y el riesgo país, y se desploman las acciones
La mala jornada legislativa del Gobierno del miércoles repercutió directamente en el mercado
El mercado argentino vivió este jueves una de las jornadas más tensas del año. Con el dólar en alza, el riesgo país escalando por encima de los 1.400 puntos básicos y los bonos en picada, el escenario económico volvió a teñirse de rojo. La reacción inmediata se atribuye a la derrota política que sufrió el Gobierno de Javier Milei en la Cámara de Diputados, donde se rechazaron dos de sus vetos presidenciales, un hecho que expuso la fragilidad del oficialismo en el Congreso y encendió nuevas alarmas en el frente económico.
En el mercado cambiario, las cotizaciones libres rompieron la barrera psicológica de los 1.500 pesos. El dólar blue trepó a $1.510, alcanzando un máximo nominal histórico. En tanto, el dólar MEP cerró en $1.516,08 y el contado con liquidación en $1.527,22, lo que implicó subas de hasta 2% en el día. Por su parte, el oficial mayorista llegó a $1.476, lo que obligó al Banco Central a intervenir con ventas para sostener el techo de la banda cambiaria, en un esquema que ya había quedado pactado con el Fondo Monetario Internacional.
La presión sobre las reservas no es menor: la autoridad monetaria tuvo que desprenderse de más de 50 millones de dólares, en un contexto donde el margen de acción se achica a medida que se acercan las elecciones legislativas de octubre. Aunque el dólar oficial minorista se mantuvo en $1.490, el impacto sobre las expectativas devaluatorias volvió a instalarse con fuerza.
El mercado de deuda fue uno de los más golpeados. Los bonos soberanos registraron pérdidas de hasta 10%, con retrocesos en los Bonar y Globales que encendieron nuevamente las dudas sobre la capacidad de pago a mediano plazo. Como consecuencia directa, el riesgo país se disparó hasta los 1.428 puntos básicos, el nivel más alto en un año.
En la Bolsa porteña, el índice S&P Merval retrocedió 5,1% en pesos, lo que se tradujo en una caída de más del 6% en dólares. Empresas de sectores estratégicos, como energía y servicios públicos, lideraron las bajas. Transener, Metrogas, Transportadora de Gas del Norte y Edenor fueron algunas de las compañías que más perdieron valor. El derrumbe también se trasladó a las acciones argentinas que cotizan en Wall Street, con retrocesos que rozaron el 8%.
Si bien los números del mercado hablan por sí solos, detrás del derrumbe se encuentra la creciente desconfianza política. La derrota del miércoles en Diputados, donde se rechazaron los vetos presidenciales vinculados al financiamiento universitario y al Hospital Garrahan, dejó en evidencia que el oficialismo no logra consolidar mayorías legislativas que le permitan sostener su programa.
Para los inversores, ese revés parlamentario implica un riesgo adicional: sin capacidad de imponer sus iniciativas, el Gobierno se expone a mayores trabas en la aplicación de su plan económico. El temor es que las disputas políticas se traduzcan en un deterioro fiscal, justamente cuando la administración busca mostrar señales de disciplina ante el FMI y los mercados internacionales.
A poco más de un mes de las elecciones legislativas, el clima financiero se mezcla con la incertidumbre electoral. La lectura que hacen los operadores es que la debilidad del oficialismo podría replicarse en las urnas y complicar aún más la gobernabilidad. El presupuesto 2026, recientemente enviado al Congreso, muestra un tono más moderado y de búsqueda de consensos, pero la reacción del mercado sugiere que las dudas persisten.
En este marco, los tres frentes que concentran la atención son claros: la estabilidad cambiaria, el nivel de reservas y la actividad económica. La primera se tensiona cada día con las presiones sobre el dólar. La segunda depende de la capacidad del Banco Central de seguir interviniendo sin agotar su poder de fuego. Y la tercera ya da señales de recesión, lo que anticipa un cierre de año complejo y un 2026 que podría arrancar con dificultades.
Con los bonos desplomados, el dólar en máximos y el riesgo país en alza, el mensaje de los mercados es claro: sin un sostén político firme, cualquier estrategia económica corre el riesgo de quedar en jaque. El desafío para Milei no solo será llegar a las elecciones de octubre sin un sobresalto mayor, sino demostrar que aún puede encauzar la gobernabilidad en medio de un contexto cada vez más incierto.