A días de darse a conocer el caso de la obra de arte robada por los nazis que fue encontrado en el living de la casa de una familia en Mar del Plata captó la atención de todos. El cuadro pertenecía a un comerciante de arte judío que vivía en Ámsterdam y había tenido que huir en la Segunda Guerra Mundial.

Un caso muy similar relata la película El cuadro robado, de Pascal Bonitzer, estrenada esta semana en los cines de Argentina. El film se centra en André Masson (Alex Lutz), un especialista en arte moderno que trabaja en una casa de subasta de obras de arte. Un día recibe una carta de una abogada que le indica que un cuadro perdido de Egon Schiele estaría en una casa en Mulhouse, Francia. 

La película francesa busca mostrar la investigación que destapa el recorrido del cuadro entre los herederos reales y el joven obrero en cuya casa se encontró. Al mismo tiempo, Masson descubre que la obra original, desaparecida desde 1939, tiene un valor que supera los 10 millones de euros.

El trailer de “El Cuadro Robado”

La película está inspirada libremente en un caso real de 2005, que concierne a la reaparición de un cuadro (Los girasoles marchitos) del pintor expresionista austríaco Egon Schiele (1890-1918). Sin embargo, todos los personajes del film son ficticios y su relato también. 

“Los girasoles marchitos” del pintor expresionista austríaco Egon Schiele
“Los girasoles marchitos” del pintor expresionista austríaco Egon Schiele

En los últimos años se han estrenado más películas de este estilo como, por ejemplo, Operación monumento (2014), de George Clooney, que revive el trabajo del programa de Monumentos, Arte y Archivos (MFAA), creado en 1943, que emprendió las primeras pesquisas para recuperar piezas robadas por los nazis. 

La dama de oro (2015) de Simon Curtis, por otro lado, reconstruye la extensa batalla legal que la judía Maria Altmann emprendió en Viena para recuperar, entre otras obras, Retrato de Adele Bloch-Bauer I (1907) de Gustav Klimt, el cual había sido confiscado a su familia.