El conductor de Perros de la Calle, Andy Kusnetzoff, se quebró en vivo durante la emisión de su programa en Urbana Play (FM 104.3) y, entre lágrimas, debió interrumpir la conducción. “Perdón, me angustié”, alcanzó a decir mientras se tapaba el rostro conmovido por la historia de un oyente y por reflexionar sobre la realidad de miles de familias con discapacidad en la Argentina.

Todo comenzó cuando Leonardo, un hombre desempleado, se acercó a la puerta de la radio para pedir trabajo. En un principio, Kusnetzoff le respondió que no podía hacer mucho, pero luego lo invitó al estudio y se comprometió a ayudarlo: “No me podía hacer el boludo”, confesó.

Leonardo contó que su esposa trabaja y que sobreviven con ese único ingreso, mientras él busca empleo en mecánica, específicamente como “sacabollos”. La situación generó una profunda reflexión del psicólogo Gabriel Rolón, presente en el programa, quien señaló: “No es lo mismo un número que un ser humano. Leo no tiene trabajo, no es una estadística, es una historia, es una familia”.

Conmovido por la historia de Leonardo, Andy Kusnetzoff hizo un paralelo con la lucha de las familias que reclaman por la ley de emergencia en discapacidad. “Imaginate a alguien que tiene un hijo o un hermano con discapacidad y que se desvive para que tenga terapias, integración escolar y una vida un poco más fácil. Y después escuchás a alguien decir con frialdad: ‘eso es del Estado, yo no puedo hacer nada’. Eso no es la grieta, eso es no tener empatía”, expresó el conductor.

Al borde del llanto, agregó: “Es mucho más difícil tener que ocuparte toda tu vida de alguien con discapacidad y pensar qué será de esa persona cuando vos no estés”. Fue en ese momento que Kusnetzoff se quebró completamente y se disculpó con la audiencia: “Perdón, me angustié”, dijo antes de permanecer en silencio mientras sus compañeros lo contenían.

El quiebre de Andy Kusnetzoff en Perros de la Calle generó un clima de gran emoción en el estudio. Gabriel Rolón cerró la reflexión con una frase que resumió lo vivido: “¿Qué clase de ser humano hay que ser para no angustiarse con esto?”.