Después de un año en el que pasaron de ser los artistas más impredecibles de la escena argentina a referentes globales de una nueva era musical, CA7RIEL y Paco Amoroso regresaron al Movistar Arena para ofrecer su primer recital tras el fenómeno internacional de BAÑO MARÍA y su explosiva sesión en Tiny Desk. Y fue, literalmente, una vuelta al origen: en ese mismo escenario donde todo empezó en agosto de 2024, la dupla confirmó que el éxito mundial no alteró su esencia, sino que la potenció.

Con producción de DF Entertainment, el show —única parada local del PAPOTA Tour— fue una demostración de control absoluto: energía, precisión, humor y emoción en partes iguales. El anuncio del concierto había llegado casi por sorpresa, apenas días después de su presentación junto a Kendrick Lamar en River Plate, una colaboración histórica que los instaló definitivamente en el mapa global y marcó, además, el primer aniversario de su Tiny Desk. Las entradas, claro, volaron en menos de una hora.

Frente a un estadio repleto de seguidores que crecieron con su música, CA7RIEL y Paco irrumpieron con los mismos looks que inmortalizaron en la sesión de NPR: el chaleco de corazones y la ushanka celeste, convertidos ya en símbolos de su estética híbrida. El arranque con “DUMBAI” fue un golpe directo: una declaración de principios que abrió paso a una seguidilla de temas de BAÑO MARÍA, como “BABY GANGSTA” y “MI DIOSA”. Cuando sonó “A MÍ NO”, himno de la primera etapa, el público estalló.

El viaje continuó con “EL IMPOSTOR”, primer adelanto de PAPOTA, y un guiño a sus aventuras solistas con “VIUDA NEGRA”, “MI DESEO”, “SHIPEA2” y “BAD BITCH”. De allí en adelante, el show tomó velocidad: “COSAS RICAS”, “PIRLO”, “RE FORRO” y la siempre contagiosa “LA QUE PUEDE PUEDE” marcaron una seguidilla imparable.

El cierre fue pura euforia: “SHEESH”, “SUPERSÓNICO”, “CHINGA SPORT”, “POLVO” y el bloque final con “MCFLY”, “COCA COLA”, “OLA MINA”, “OUKE” y “CONO HIELO” transformaron el Movistar Arena en una pista de caos controlado. Y cuando todo parecía haber terminado, llegaron los himnos recientes: “#TETAS” y “DÍA DEL AMIGO”, nominados a los Latin Grammy, llevaron la emoción al límite. En medio de la ovación, el personaje Chad GPT irrumpió con su monólogo delirante para introducir “EL ÚNICO”, cierre entre la distorsión y la gloria.

Fue el regreso más esperado de la música argentina: una celebración de lo que fueron, de lo que son y, sobre todo, de lo que viene.