“¡Y traelo a Bal!”, fue la frase más icónica de la escandalosa carrera de Ayelén Paleo quien, hace tres años, decidió alejarse de la televisión para cambiar de vida. Así como muchas otras, la mediática se había convertido en una figura más del espectáculo gracias a su participación en el Bailando por un sueño y por su affaire con Santiago Bal, esposo de Carmen Barbieri. 

Luego de irrumpir en el mundo del espectáculo, Ayelén tuvo un raid de apariciones televisivas, participaciones en teatro de revista de diversas temporadas de verano e incontables frases como la que salió de la discusión en vivo con Stefy Xipolitakis en el programa Informadísimos, ciclo matutino que conducían Carlos Monti y Verónica Varano.

Hoy, con 34 años, Paleo vive un presente completamente diferente. Después de alejarse del mundo de la farándula, inició un importante emprendimiento con su hermano como socio. Se trata de una inmobiliaria de lujo en Puerto Madero llamada Onlevel Group. A su vez, se dedica a la venta de autos de lujos mediante su segundo negocio, Onlevel Motors. 

El cambio de Ayelén Paleo: de mediática a broker

En lo que respecta a su imagen, la autora del célebre “Te escucho con deleite” no descansa. Entre rutinas de gimnasio y filtros bien calculados, sigue dedicándole horas al entrenamiento físico. Las fotos que sube a sus redes sociales no dejan dudas: el bisturí y los retoques digitales son protagonistas. A las cirugías acumuladas en los últimos años les sumó ahora un cambio estético hacia la sobriedad: trajes sastre, peinados más discretos y un aire de broker que la acerca más a Wall Street que a la farándula.

Así está ahora Ayelén Paleo (Instagram @ayepaleo)
Así está ahora Ayelén Paleo (Instagram @ayepaleo)

Tres años después de su última aparición en la pantalla chica, Ayelén Paleo parece haber archivado -esta vez en serio- los escenarios y los escándalos. Lejos de las luces que alguna vez la convirtieron en protagonista de portales y programas de chimentos, la bailarina busca ahora un perfil más discreto. Eso sí: la ambición, marca registrada de sus años de mayor exposición, sigue intacta, aunque envuelta en un envoltorio un poco más sobrio.