Las fotos prohibidas de la mamá de Ayelén Paleo
Elizabeth Rodrigo, que mantenía un perfil bajo, ahora enfrenta graves acusaciones de integrar una red de trata. Las fotos que disfrutaban sus admiradores
El nombre de Elizabeth Rodrigo, madre de Ayelén Paleo, copó los titulares tras un megaoperativo que terminó con su detención. Acusada de integrar una organización dedicada a la explotación sexual, fue señalada como una de las tres personas implicadas en la red que recaudaba más de 12 millones de pesos mensuales.
Pese a la magnitud del escándalo, Elisabeth mantenía un perfil bajo en Puerto Madero, donde presumía un estilo de vida fit. Llevaba una rutina cotidiana marcada por entrenamientos, viajes laborales en compañía de otras mujeres y alejada de los rumores mediáticos que en el pasado alcanzaron a su hija. Esa imagen de mujer dedicada al bienestar contrasta hoy con la grave acusación que la tiene en el centro de la polémica.
Además, según fuentes de Bardeo News, sostienen que Rodrigo, más allá de exhibir su excelente estilo de vida y su obsesión por mantener una figura impecable, solía recibir en su departamento a “amigos” u hombres casi siempre menores que ella. Vecinos de Puerto Madero solían verla en el balcón trabajando en especial glúteos y piernas. “Era una perfecta milfona”, dice unos de sus vecinos que ahora habla en pasado.
La detención de Elizabeth Rodrigo se produjo el pasado miércoles 27 de agosto tras un operativo que incluyó 15 allanamientos. En paralelo, doce mujeres fueron rescatadas y asistidas por el Programa Nacional de Rescate y Acompañamiento de Víctimas de Trata.
Pese a que la madre de Ayelén Paleo tenía una página web donde en apariencias se dedicaba al real estate, el financiamiento de sus viajes y buen pasar estaría en otro rubro.
La investigación había comenzado en noviembre del año pasado, cuando la Policía de la Provincia de Buenos Aires recibió una denuncia anónima que alertaba sobre una organización que captaba mujeres con falsas promesas de empleo doméstico. En realidad, según la pesquisa, se trataba de una fachada para la prostitución.
Los investigadores determinaron que las víctimas eran obligadas a rotar cada diez o quince días entre distintos departamentos en La Plata, Bahía Blanca, Santa Rosa y Rosario, trasladadas en micros de larga distancia.
Su hija, Ayelén Paleo, rompió el silencio en televisión para defenderla: “Mi mamá es absolutamente inocente. Es fotógrafa, trabajadora y luchadora. Jamás haría algo como lo que dicen. Esa mujer esposada es buena y siempre estuvo para sus hijos”.