Maratea bancó a Milei y bardeó a influencers K: “Todo lo hacen para el afuera”
A través de sus redes sociales, el creador de contenido reiteró su apoyo al Gobierno y apuntó contra aquellos que lo critican pero no hacen nada
Una vez más, Santiago Maratea dejó en claro cuál es su postura política en redes sociales. Sin miedo al hate y a las críticas, contó que estaba contento por las próximas elecciones legislativas ya que podía ver entrevistas de Javier Milei mientras cocinaba y comía. “Me relaja”, fue la confesión del influencer a través de historias de Instagram.
Sobre las posibles críticas que podía llegar a recibir al contar esto, se atajó: “Primero, digo que lo banco a Milei hace años, ya todo el mundo lo sabe. Segundo, si me dejan de seguir o me cancelan por exponer mi postura política, me chupa dos pelotas. Tercero, creo que parte de la batalla cultural es que cada uno pueda decir a quién banca”.
“Si yo banco las ideas de la libertad, lo tengo que poder decir tranquilamente”, afirmó Maratea, quien finalmente apuntó contra los influencers kirchneristas y los canales de streaming donde “no se puede decir cuando uno banca las ideas de la libertad”. Por otro lado, criticó la supuesta “superioridad moral incuestionable” de estos dos.
“Creo que no tiene nada de malo que yo diga que me relaja escuchar entrevistas de Milei”, agregó el conductor de Trato Hecho —programa que llega a su fin por bajo rating—, que contó que “el crack” en su vida fue haber hecho colectas en todo el país gracias a las cuales pudo identificar cuáles son “los efectos que tiene el kirchnerismo en este país”.
“Cualquier persona que haya ayudado con una colecta sabe que atrás había un sector del gobierno que se estaba robando la plata que estaba destinada en realidad para ayudar a estas personas: los bomberos, las madres víctimas de la trata, las chicas trans del hotel Gondolín, todos los pacientes de IOMA, de hospitales públicos”, enumeró el influencer.
Luego, agregó: “Cada vez que hacía yo una colecta, me daba cuenta, cuando hablaba con las personas a quienes ayudábamos, que en realidad están siempre atrás de una ayuda que el gobierno dice que da, pero en realidad no da”. Tras darse cuenta de esto, decidió dejar de ser “un comunicador que banca el peronismo porque sí, solamente porque quiere dar una imagen de que tiene conciencia social”.
Por otro lado, estimó que todos estos influencers o personas que están en canales de streaming “no tienen ningún tipo de contacto con las personas vulnerables de este país”. “Porque si tuviesen, entenderían que gran parte de la vulnerabilidad que estas personas tienen es porque hay un Estado que supuestamente dice estar presente, pero solamente está presente en el discurso. En la acción los deja totalmente desolados y desamparados”.
Por último, Maratea contó una anécdota de una chica que vio en televisión y que luego se encontró en un boliche. Según contó, cuando intentó conquistarla, ella lo rechazó por “ser libertario”. “Lo caro que me salió bancar al Peluca, amigo. Pensé que este partido estaba ganado. Lo caro que me salió querer que este país sea próspero”, disparó.
A pesar del rechazo, él siguió insistiendo y terminaron besándose. Sin embargo, la chica insistió en su postura y él, cansado de este argumento, la apuró preguntándole qué había hecho ella por la sociedad. “Me dijo: ‘Hace unos años ayudaba en un comedor’. Ah, qué suerte que seas tan buena, reina. ¿No será mucho? Aparte, ¿qué comedor? ¿Cuántas veces fuiste al comedor?”, se preguntó el influencer, enojado.
“¿Sabés lo que sí hacen? Van a marchas y creen que eso es lo que hace la gran diferencia. Después, cuando van a la marcha, los ves que van empilchados, se sacan fotos, las suben a todos lados. Todo lo hacen para el afuera, para parecer que son personas que tienen conciencia social. Pero realmente son y somos de las personas más privilegiadas del país, tenemos una gran herramienta que es la comunicación, aparte de un montón de plata y llegada, y no usan ninguna de esas herramientas para ayudar a las personas que dicen que defienden”, cerró en su descargo.