El teatro Lola Membrives fue escenario de una de esas noches que quedan grabadas en la memoria colectiva. En plena avenida Corrientes, epicentro cultural de Buenos Aires, Lionel Messi eligió hacer una pausa en la previa de un nuevo compromiso de la Selección argentina para acompañar a su amigo Nico Vázquez en la obra Rocky.

La función transcurría con normalidad, en medio del éxito sostenido que viene cosechando esta adaptación teatral del clásico cinematográfico. Sin embargo, el cierre de la obra guardaba una sorpresa inesperada. La presencia de Messi, cuidadosamente mantenida en reserva, se reveló cuando el astro se puso de pie para aplaudir de pie al elenco. El gesto fue suficiente para que la platea, primero incrédula y luego emocionada, estallara en una ovación cerrada que transformó la sala en un homenaje espontáneo al ídolo que representa la bandera argentina en el mundo.

Messi no estuvo solo. Lo acompañaron su madre Celia, su padre Jorge, sus hermanos Matías y Rodrigo, además de sus sobrinos, en una salida familiar poco habitual para la rutina del capitán. Ese contexto íntimo reforzó el carácter especial de la velada: lejos de los estadios y las cámaras deportivas, el mejor futbolista del planeta eligió disfrutar de una noche cultural y apoyar a un amigo sobre el escenario.

Tras la ovación, el astro rosarino se dirigió al camarín de Vázquez. Allí se produjo un encuentro en privado, una charla distendida que se extendió varios minutos y que selló la jornada con un tono de amistad sincera. El vínculo entre ambos artistas de distintas disciplinas no es nuevo: Messi y Nico Vázquez han compartido gestos de apoyo en distintas oportunidades, y esta visita se inscribe en esa relación que trasciende lo mediático.

El momento elegido no pasó inadvertido. En la antesala del duelo de la Selección frente a Venezuela, válido por la clasificación mundialista, el capitán encontró espacio para conectarse con otra faceta de la vida pública: la cultura porteña. La decisión de asistir a una función de teatro en Corrientes, sin anuncio previo y sin intención de protagonizar la noche, refuerza el perfil cercano y bajo que Messi cultiva incluso en medio de una agenda exigente.

La obra Rocky, protagonizada por Nico Vázquez, recrea en clave teatral la historia del boxeador que desafía sus propios límites para enfrentarse al campeón Apollo Creed. Con una puesta en escena cargada de energía y emoción, la pieza celebra la perseverancia y la capacidad de levantarse frente a la adversidad. Todo esto se dio justo en un momento muy particular para el actor, quien anunció su separación de Gimena Accardi hace un mes.