Nico Occhiato explicó el polémico final de La Voz: “Nunca es así”
El conductor habló en Nadie Dice Nada y aseguró que el programa de Telefe tendría que haber terminado “hace un mes”
La polémica por el cierre de la última temporada de La Voz Argentina sigue creciendo. Después de las fuertes críticas en redes sociales por la falta de emoción y transparencia en la definición del ganador, Nico Occhiato, conductor del ciclo, rompió el silencio en su programa de streaming Nadie Dice Nada, emitido por Luzu TV.
“Nunca es así la final de La Voz”, comenzó Occhiato al abordar directamente la polémica. Según explicó, la emisión estaba originalmente prevista para hace un mes, pero la necesidad de estirar el programa llevó a reprogramar las fechas: “El canal tenía la necesidad de que La Voz dure un mes más. Entonces, en esa necesidad, las agendas de todos los jurados no estaban para que ayer podamos estar en vivo”.
Entre los motivos logísticos, el conductor detalló que varios integrantes del jurado tenían compromisos inamovibles: “Lali se fue a San Sebastián, Miranda estaba de viaje, La Sole tenía que volver de Mar del Plata. De hecho, mismo nosotros, yo estaba con la fecha en Tucumán, ya la teníamos de hace rato”.
Occhiato reconoció que esta reprogramación afectó el clima de la emisión final, que fue grabada con varias semanas de anticipación: “La final debería haber sido hace un mes. Entonces bueno, sucedió eso. Pero la verdad que lo cuento así también para que se entienda el porqué de la poca emoción para un laburo que se hizo muy groso”.
También subrayó el esfuerzo detrás del programa y la magnitud de la producción televisiva: “Para que ese programa salga al aire, de verdad es una producción de la concha de la lora. Muy zarpada. Y fue un programón y fue un éxito de punta a punta”.
Las palabras de Occhiato llegan después de que miles de usuarios en redes sociales cuestionaran la falta de emoción en el momento en que se anunció al ganador, Nicolás Behringer, y reclamaran mayor transparencia, ya que no se revelaron los porcentajes de votación ni las posiciones del resto de los finalistas.
La emisión grabada también generó malestar porque rompió con la tradición de finales en vivo que caracterizó a otras temporadas. Jurados y miembros de la producción se vieron obligados a grabar la definición cuatro veces, algo que también contribuyó a la falta de espontaneidad en pantalla.