La leyenda del tenis mundial Serena Williams abrió su corazón en una entrevista con Who What Wear y habló de los desafíos que enfrentó después de ser madre. La extenista relató que los embarazos transformaron su cuerpo de una manera inesperada y que recuperar su energía y bienestar se convirtió en un proceso lleno de obstáculos, aprendizajes y nuevas estrategias.

Williams confesó que tras el nacimiento de su hija Olympia, en 2017, vivió momentos de frustración: “Hiciera lo que hiciera, entrenara tanto como entrenara, nunca conseguía llegar al peso que necesitaba”. Para una atleta de élite acostumbrada a moldear su físico con disciplina, este nuevo escenario fue un verdadero desafío.

En lugar de rendirse, la multicampeona aprendió a mirar su cuerpo con otra perspectiva. “El cuerpo después de un embarazo es imperfectamente perfecto”, aseguró, animando a otras madres a valorar cada etapa de recuperaci��n, incluso con estrías o cicatrices. Con el tiempo, entendió que la clave no era la balanza, sino reencontrarse con la fuerza y vitalidad necesarias para disfrutar su vida diaria y su rol de madre.

En diálogo con People, explicó que su primera estrategia fue volver a lo básico: ejercicio, alimentación sana y hábitos consistentes. Aunque los avances eran más lentos de lo esperado, la constancia terminó marcando la diferencia. Con la llegada de su segunda hija, Adira, en 2023, Serena volvió a compartir en Instagram sus entrenamientos, como cuando mostró una sesión de sentadillas con barra para recuperar potencia física.

Serena Williams bajó 14 kilos y reveló el secreto de su transformación

La conexión con sus seguidores también jugó un papel clave. Una falda de Valentino que no lograba cerrar se convirtió en símbolo de su proceso: en enero de 2024 reconoció que le quedaba chica, pero en diciembre celebró al mostrar que finalmente pudo usarla. “Necesito reconocer mi mérito”, escribió emocionada.

Más allá del entrenamiento, la campeona de 23 Grand Slams contó que en 2024 se realizó un estiramiento de piel abdominal tras su segundo embarazo. Explicó que, aunque ama sus cicatrices de parto, este paso le devolvió confianza y comodidad: “Mi piel está volviendo a la normalidad y me siento más segura de mí misma”.

El punto más resonante llegó en agosto de 2025, cuando Serena reveló a People que bajó más de 14 kilos con GLP-1, un medicamento recetado bajo control médico. La extenista admitió que al principio dudó: “Me preguntaba si era un atajo, cuáles eran los beneficios y cuáles no”. Finalmente, tras dejar la lactancia, decidió iniciar el tratamiento y aseguró sentirse “más ligera física y mentalmente”.

Williams recalcó que la medicación no reemplazó al deporte ni a la alimentación equilibrada, sino que los potenció: “Me ayudó a mejorar lo que ya estaba haciendo, incluyendo comer sano y entrenar”.