La Fashion Week de Nueva York tuvo este año una protagonista inesperada: Vivian Wilson, hija trans del multimillonario Elon Musk, que con apenas 21 años irrumpió en las pasarelas como modelo y fue una de las figuras más comentadas del evento. Su debut no pasó inadvertido, no solo por la potencia de los diseños que lució, sino también por el trasfondo personal y político que la rodea desde hace tiempo.

Vivian vistiendo la ropa de Dauphinette (Crédito: Instagram)

Wilson desfiló en cuatro presentaciones de estilos completamente distintos, mostrando versatilidad y carácter en su primera experiencia profesional sobre la pasarela. El viernes abrió su agenda con el diseñador Alexis Bittar, quien montó un show inspirado en concursos de belleza, donde cada modelo representaba a un estado estadounidense con políticas restrictivas contra la comunidad trans. Allí, Vivian vistió un traje rojo brillante acompañado de una banda con la inscripción “Miss Carolina del Sur”, un guiño irónico a la situación que viven las personas trans en ese y otros estados.

Vivian Wilson modelando para Alexis Bittar (Crédito: Instagram)

El domingo fue el turno de Prabal Gurung, con su colección Ángeles en EE.UU.. La joven desfiló un conjunto oversized en blanco, formado por una falda amplia y un jersey de punto, que representaba la pureza y la lucha en un contexto social cada vez más adverso para el colectivo LGBTIQ+.

Vivian vistiendo la ropa de Prabal Gurung (Crédito: Instagram)

El lunes, la agenda de Wilson se intensificó con dos apariciones consecutivas. Primero, en el show de Chris Habana, lució un arriesgado vestido confeccionado en cadenas metálicas, reafirmando su perfil transgresor. Más tarde, cerró su participación con Dauphinette, vistiendo un vestido voluminoso en blanco, decorado con escarabajos, un diseño que mezclaba lo delicado con lo perturbador.

El salto de Vivian al mundo de la moda no puede desligarse de su historia familiar. En 2022, saltó a la fama cuando pidió ante un juez el reconocimiento de su identidad de género y la adopción del apellido de su madre, Justine Wilson, dejando en claro su decisión de cortar lazos con su padre. Ese mismo año, declaró que no quería tener ninguna relación con Musk.

Las tensiones entre ambos se profundizaron cuando el empresario decidió apoyar abiertamente la campaña presidencial de Donald Trump y su agenda “anti-woke”, que incluye medidas restrictivas contra la comunidad LGTBIQ+. En 2024, Musk escribió en X: “Mi hijo Xavier no es una chica, nació gay y un poco autista”, responsabilizando al “virus mental woke” por su alejamiento.

Lejos de amedrentarse, Vivian respondió en distintas entrevistas y llegó a definir a su padre como un “hombre niño patético”. Esa frase fue recuperada con ironía por la firma Dauphinette, que al difundir un video de su desfile en Instagram escribió: “Huyendo de los hombres-niños en todas partes”.

En diálogo reciente con la revista The Cut, Vivian dejó entrever que su vida está lejos de los privilegios que muchos le atribuyen por su origen familiar. “La gente asume que tengo mucho dinero, pero no dispongo de cientos de miles de dólares”, afirmó. Y agregó: “No tengo ningún deseo de ser súper rica. Solo quiero que la gente me conozca como algo más que lo obvio”.

Aunque había manifestado su intención de abandonar Estados Unidos tras la victoria de Trump, solo permaneció unos meses en Japón estudiando antes de regresar a Los Ángeles en la primavera de este año. Ahora, con su irrupción en el universo de la moda, parece haber encontrado un espacio propio.