China supo ser el basurero del mundo pero hoy lo que falta es basura y lo que sobra son las incineradoras para quemarla. Según el Consejo Global de Investigación y Tecnología Waste-to-Energy, el país cuenta con más de mil centrales de incineración de residuos, es decir, más de la mitad de la capacidad mundial de generación de energía a partir de basura.

La baja en el consumo, la disminución de la población y los progresos en la gestión de los desechos dejaron a los operadores de las plantas de energía frente a la escasez. La incineración de residuos, la cual se creía que era la solución definitiva al problema, se ve obligada ahora a enfrentar este nuevo problema: la falta de residuos.

El objetivo no era únicamente deshacerse de los residuos, sino también aprovecharlos como fuente de energía. Las plantas de incineración de basura se integraron al plan de energías renovables impulsado por el gobierno chino, que ofrecía generosos subsidios a las compañías que produjeran electricidad mediante este sistema. La medida atrajo a numerosas empresas, que encontraron en este modelo una oportunidad de negocio rentable.

Las más de mil centros de incineración de basura para generación eléctrica que posee China tienen una capacidad para quemar más de 1.000.000 de toneladas de basura al día. Sin embargo, actualmente están trabajando al 60% de su capacidad, lo que supone una infrautilización de sus recursos que le ocasiona un gran problema a este país.

China enfrenta la escasez de basura
China enfrenta la escasez de basura

“La reducción de residuos afecta la rentabilidad”, aseguró el representante de una planta en la provincia central de Anhui. Otras dos plantas señalaron que algunos de sus incineradores permanecen inactivos gran parte del año, y otras comenzaron a recurrir a residuos industriales de obras de construcción o a basura recolectada.

“Tenemos tres incineradores, pero uno está cerrado todo el año por falta de residuos suficientes”, explicó un representante de una planta de energía en Shijiazhuang, Hebei. Según detalló, la instalación tiene capacidad para procesar unas 330.000 toneladas de basura al año, pero solo estaba quemando unas 290.000.

En 2000 China empezó a incrementar la construcción de plantas de incineración. En 2015 ya tenía 223 plantas funcionando y en octubre de 2024 había 1.010 empresas de incineración en todo el país. En medio de las críticas y protestas, se registró en 2022 que esta industria emitió más de 100 millones de toneladas de CO₂. Hoy sobran centros de incineración y falta basura en el país para alimentar estas plantas.