Un reciente informe de la organización Directorio Legislativo volvió a poner sobre la mesa las marcadas diferencias salariales entre los legisladores de América Latina y expone el lugar que ocupa la Argentina en este ranking. Lejos de estar entre los mejores remunerados, nuestro país no figura en el podio y se ubica en el quinto puesto en Sudamérica. 

Según el relevamiento, los senadores argentinos perciben un ingreso mensual de 7.999 dólares, casi tres mil dólares menos que sus pares de Colombia, que encabezan la lista con los sueldos más altos de la región.

El estudio reveló que los ingresos mensuales brutos de los parlamentarios varían ampliamente entre países, alcanzando cifras que en algunos casos cuadruplican a las de sus pares en otras naciones. Al tope de la lista aparece Colombia, con sueldos que superan los 11.800 dólares, mientras que Bolivia cierra el ranking con remuneraciones por debajo de los 3.400 dólares.

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La disparidad no solo responde a diferencias económicas entre los países, sino también a criterios diversos de transparencia, gasto público y relación con el salario mínimo o el producto bruto interno (PBI) per cápita. Las cifras fueron convertidas a dólares estadounidenses según el tipo de cambio oficial al 26 de junio de 2025, con todos los componentes del salario bruto incluidos.

Con 280 legisladores, Colombia lidera el listado con ingresos mensuales brutos promedio de 11.884 dólares, lo que representa casi 41 veces el salario mínimo local. Esta cifra posiciona a sus congresistas como los mejor remunerados de Sudamérica, muy por encima del promedio regional. El caso colombiano es paradigmático: pese a no ser el país con mayor PBI per cápita, sus legisladores reciben los mayores sueldos de la región.

Lo sigue México, aunque con una importante disparidad entre cámaras. Mientras los senadores mexicanos perciben 9.666 dólares mensuales, los diputados cobran 5.760 dólares. Uruguay completa el podio, con dietas unificadas de 9.489 dólares para sus 130 congresistas, una cifra alta pero en sintonía con el desarrollo económico del país.

En los siguientes puestos aparecen Brasil (8.431 dólares), Perú (8.239 dólares), Guatemala (7.986 dólares), Chile (7.900 dólares) y Costa Rica (7.760 dólares). Cabe destacar que Brasil, con 594 congresistas, no es el país con los sueldos más altos, pero sí el de mayor gasto total anual en el funcionamiento de su Parlamento: unos 60,1 millones de dólares por año.

Argentina, con 329 legisladores entre ambas cámaras, se encuentra en una zona intermedia del ranking regional, pero con particularidades que complejizan su análisis. Además de la diferencia entre senadores y diputados, desde junio de 2025 el Senado opera con un esquema de doble escala salarial.

Esto se debe al Decreto 344/25, firmado por la presidenta del Senado, Victoria Villarruel, que habilitó a los senadores a desvincularse de los aumentos otorgados al personal legislativo. Así, quienes aceptaron la actualización salarial perciben 8.105 dólares por mes, mientras que quienes la rechazaron cobran 6.709 dólares. Los primeros se ubican en el sexto lugar del ranking, los segundos en el décimo. En tanto, los diputados nacionales perciben 4.787 dólares, quedando en el puesto 14 de la región.

En el fondo del ranking están los legisladores de Bolivia, con ingresos promedio de 3.379 dólares mensuales. A pesar del bajo salario, Bolivia muestra la menor brecha entre el sueldo legislativo y el salario mínimo (9,3 veces), una relación que la destaca frente al resto.

Honduras, Ecuador, Paraguay y Panamá también figuran en los puestos más bajos, con ingresos que van desde los 4.601 a los 4.759 dólares. Por otro lado, el caso de Venezuela es aún más complejo: si bien no se dispone de datos oficiales actualizados sobre los ingresos de sus 277 parlamentarios, informes periodísticos indican que los sueldos serían bajos en términos absolutos, pero altos en relación con el salario mínimo oficial, que se encuentra fuertemente devaluado, sin embargo, las cifras extraoficiales varían de entre los 900 dólares y los 5000 dólares, que sumado al polémico carácter del gobierno de Nicolás Maduro, hace que sea complejo concordar un número.