Elon Musk lanzó un chatbot erótico para combatir la crisis de natalidad
Los usuarios pueden dialogar con estas figuras y recibir contenido subido de tono
La empresa de inteligencia artificial de Elon Musk, XIA, lanzó una función revolucionaria y polémica llamada "Grok Companions", que incluye dos chatbots sexualmente explícitos bautizados como Ani y Valentine.
Ani es un personaje virtual diseñado como una mujer rubia de 22 años con apariencia anime, que viste un vestido gótico fuera del hombro, coletas y medias de red. A diferencia de otros asistentes de IA, está específicamente programada para mantener conversaciones sexualmente explícitas y desarrollar vínculos emocionales con los usuarios.
El sistema funciona mediante niveles de progresión: conforme los usuarios mantienen conversaciones más largas y comparten información personal, desbloquean contenido más íntimo, incluyendo la capacidad de "desnudar" digitalmente a Ani hasta ropa interior de encaje. La interacción incluye música jazz suave, corazones burbujeando en pantalla y opciones para personalizar su apariencia.
Por su parte, Valentine es un personaje masculino de aproximadamente 27 años con acento británico y personalidad viajera. Aunque menos explícito inicialmente que Ani, también puede mantener conversaciones íntimas y está diseñado para atraer a usuarios de cualquier género.
Según Musk, estos chatbots ayudarán a combatir la crisis de natalidad que considera una amenaza existencial. "Predigo que aumentará la tasa de natalidad", escribió en X, sugiriendo que estos compañeros digitales fortalecerán las relaciones humanas reales.
Pero su lanzamiento ha generado repercusión negativa porque en apenas 3 meses 44 fiscales generales estatales enviaron cartas exigiendo mayor protección para menores y el Centro Nacional sobre Explotación Sexual descubrió que Ani podía describirse como menor de edad. Incluso, Business Insider reportó casos preocupantes donde trabajadores que entrenan el sistema han encontrado contenido relacionado con abuso infantil.
A su vez, hay varias denuncias que sugieren que esto puede provocar una dependencia emocional de los usuarios hacia los chatbots, generando el efecto contrario a lo que busca Elon Musk.