El Parlamento de Nueva Zelanda vivió una jornada cargada de simbolismo y tensión, o simplemente un show político digno de una transmisión global, comparable a los papelones que en reiteradas ocasiones protagonizaron nuestras diputadas libertarias

La diputada Oriini Kaipara, periodista y reconocida por ser la primera conductora de TV con un moko kauae —el tatuaje tradicional maorí en la barbilla—, debutó este jueves en la Cámara con un discurso que cerró de forma inesperada: interpretó un haka, el ancestral baile de los pueblos indígenas maoríes.

“Incluso el más pequeño de nosotros puede alcanzar la grandeza. Justo como el pájaro campana se atrevió a ascender al kahikatea, más alto, podemos y lo haremos”, expresó Kaipara antes de iniciar la danza, acompañada por decenas de personas desde la galería pública.

El momento, que duró más de tres minutos, fue interrumpido abruptamente por el presidente del Parlamento, Gerry Brownlee, quien pidió detener la ceremonia y suspendió la sesión: “No, eso no. La garantía era que eso no ocurriría”, reclamó con visible incomodidad.

Kaipara, representante del partido maorí Te Pāti Māori, ganó las elecciones regionales en septiembre de 2024 para representar a Tāmaki Makaurau, circunscripción que abarca la zona de Auckland. Su irrupción no solo marcó un hito cultural, sino también político: el partido maorí cuenta hoy con seis de los 120 escaños del Parlamento y se ha convertido en un símbolo de resistencia frente a las estructuras históricamente excluyentes del país.

La escena recordó lo ocurrido en noviembre de 2024, cuando otro grupo de diputados maoríes también interrumpió una sesión parlamentaria mediante un haka, esta vez como forma de protesta contra un proyecto de ley que reinterpretaba los principios del tratado fundacional de 1840, poniendo en riesgo los derechos de su comunidad. En aquel momento, la legisladora Hana-Rawhiti Maipi-Clarke fue suspendida tras liderar el cántico. 

El haka es conocido mundialmente por su uso en el rugby, especialmente por la selección nacional de los All Blacks, pero en este contexto se transformó en una declaración política. “Nos encanta cuando lo hacen los All Blacks, pero ¿qué pasa cuando lo hacemos en un lugar donde desafiamos la violencia y la opresión de una Cámara que lo ha hecho durante cientos de años?”, cuestionó Rawiri Waititi, colíder del partido maorí.