Esta semana, Donald Trump vinculó la existencia del autismo con el consumo de Tylenol en mujeres embarazadas y volvió a ponderar la figura del polémico Dr. Oz, quien actualmente ocupa el cargo de Administrador de los Centros de Servicios de Medicare y Medicaid (CMS).

El experto de 65 años es un médico cardiotorácico turco-estadounidense que se convirtió en una figura televisiva muy controvertida. Estudió en Harvard y obtuvo el título de cirujano cardiovascular en Columbia University. Pero su explosión mediática se dio a partir de 2009, cuando condujo The Dr. Oz Show en TV.

Desde ese momento empezaron a acumularse polémicas a su alrededor por sus “recetas” y denuncias. Llegó a señalar al extracto de café verde como una “cura mágica para bajar de peso”, el uso de jabón de lavanda bajo las sábanas para el síndrome de piernas inquietas, y las cetonas de frambuesa como el "milagro número 1 en una botella".

Otro caso recordado del Dr. Oz sucedió en 2011, cuando denunció públicamente que el jugo de manzana contenía niveles peligrosos de arsénico, algo que tuvo que ser desmentido por la Administración de Alimentos y Medicamentos. Y, más tarde, en la pandemia del COVID-19 promovió hidroxicloroquina como tratamiento, lo que ocasionó varias muertes. Incluso, se supo después que él tenía al menos 630.000 dólares en acciones de compañías farmacéuticas que distribuían ese principio activo.

Siempre ligado al partido republicano, incluso fue candidato a senador en 2011, llegó a la administración de la mano de Donald Trump. Junto a él se posó el lunes cuando el presidente aseveró que el consumo de Tylenol en mujeres embarazadas está directamente vinculado al autismo: “Idealmente, no lo tomes para nada. No deberías dárselo al niño. No deberías darle Tylenol a ese niño".

El Dr. Oz estuvo de pie junto a Trump y luego, en Fox News, defendió la posición del mandatario, quien aseveró: "Los Amish, por ejemplo, esencialmente no tienen autismo. Ciertos grupos de personas que no toman vacunas y no toman pastillas, no tienen autismo".

Por otro lado, estos cuestionamientos del gobierno estadounidense ya han destapado una trama oculta. Es que la administración del magnate anticipó que promoverá el leucovorin (un medicamento contra el cáncer) como tratamiento potencial para el autismo, producido por la empresa iHerb, de la cual, respaldado por el Dr. Oz, es “asesor global”. Conflicto de intereses en puerta.

Cabe destacar que no hay evidencia causal entre acetaminofén y autismo. Los estudios más robustos no encuentran conexión significativa y el Tylenol es considerado el analgésico más seguro durante el embarazo.