Este jueves, Uruguay se convirtió en el primer país de América del Sur en legalizar la eutanasia activa. La aprobación de la ley, que habilita a pacientes adultos con enfermedades incurables o sufrimientos intolerables a solicitar una muerte médicamente asistida, representa un hito histórico en la región y lo suma a una lista de naciones que, en las últimas décadas, han transformado su legislación sobre el final de la vida.

A diferencia del suicidio asistido —en el que es la propia persona quien toma la sustancia letal— la eutanasia implica la intervención directa de un profesional de la salud. La normativa uruguaya aprobada por el Senado excluye a menores de edad y establece condiciones estrictas para acceder al procedimiento, incluyendo evaluaciones médicas y consentimiento informado.

Aunque la decisión de Uruguay marca un cambio fuerte en América Latina, no es un caso aislado. En Colombia, la eutanasia está despenalizada desde 1997 por un fallo de la Corte Constitucional y reglamentada desde 2015, mientras que en 2022 se despenalizó también el suicidio médicamente asistido. Son, hasta ahora, los dos únicos países latinoamericanos con marcos legales claros en la materia.

Europa es la región que más ha avanzado en este terreno. Países Bajos fue pionero en 2002 al legalizar tanto la eutanasia activa como el suicidio asistido. Bélgica hizo lo mismo ese mismo año y amplió la ley en 2014 para incluir a menores bajo criterios excepcionales. Luxemburgo se sumó en 2009, mientras que España lo hizo en 2021 y Portugal en 2023. En Suiza, la eutanasia activa no está permitida, pero el suicidio asistido es legal desde 1942 si no existe “motivo egoísta”. En Alemania, un fallo constitucional de 2020 despenalizó el suicidio asistido, aunque no hay una ley específica aún. Austria lo legalizó en 2022.

Se sumó Uruguay: en qué otros países es legal la eutanasia

En América del Norte, Canadá aprobó la eutanasia en 2016 bajo el nombre de MAiD (Medical Assistance in Dying), con una legislación que se ha ido ampliando a distintos casos médicos. En Estados Unidos no existe una ley federal, pero el suicidio asistido es legal en varios estados, incluyendo Oregón (desde 1997), Washington, California, Colorado y Vermont, entre otros. Montana lo permite por decisión judicial.

En Oceanía, Australia legalizó la eutanasia y el suicidio asistido en todos sus estados, comenzando por Victoria en 2019. Nueva Zelanda aprobó la eutanasia en 2021 tras un referéndum nacional, convirtiéndose en uno de los pocos países en legitimar la práctica mediante voto popular.

En Asia y otras regiones del mundo, el escenario es más restrictivo. Japón permite ciertos casos de eutanasia pasiva bajo criterios médicos y judiciales, pero no cuenta con una ley formal. En la mayoría de los países de África, Asia y América Latina, la eutanasia sigue prohibida o no regulada.

La legalización de la eutanasia y el suicidio asistido responde a debates médicos, éticos y legales que llevan décadas. Países que la han implementado establecen protocolos rigurosos y mecanismos de control. El caso uruguayo, al sumarse a este grupo, refleja cómo un tema históricamente tabú se ha ido consolidando como parte de la agenda pública internacional.