¿Quién le hace la “cabeza” a Victoria Villarruel?

En la última sesión de la Cámara de Senadores, mientras se debatían sobre la distribución de ATNs y se cruzaban chicanas políticas, un murmullo paralelo recorrió las bancas —y también mi redacción— como si se tratara de una sesión secreta: el nuevo look de Victoria Villarruel. Sí, así como lo leen. Entre discursos encendidos y votaciones, lo que realmente llamó la atención fue una frase que me salió casi espontáneamente: “¡Qué bien que está de pelo, Victoria Villarruel!”.

La vicepresidenta apareció con una cabellera que bien podría protagonizar una publicidad de shampoo premium. El responsable de semejante giro estético no es otro que Joaquín Persson, estilista con más de 30 años de trayectoria, quien apostó por un corte en capas con tonos castaños y mechas beige, coronado con un brushing simple pero efectivo. Nada de recogidos complicados ni spray excesivo: un look fresco, primaveral y lo bastante sobrio como para evitar cualquier acusación de frivolidad.

Claro que el cabello no lo es todo. Detrás de ese lema tácito de “renovarse es vivir” está también la mano experta de Mauricio Camilo, maquillador de confianza, habituado a brillar en campañas editoriales internacionales y que ahora encontró en el rostro de la vicepresidenta un nuevo lienzo. Él se encarga de que cada aparición tenga la dosis justa de luz y definición, sin perder naturalidad. Y, de paso, suma glamour político: porque en un Senado que suele estar falto de brillo, alguien tenía que animarse a poner un poco de highlighter.

Este dúo dinámico —Persson y Camilo— no es improvisado. Ya habían acompañado a Villarruel el día de su asunción, respetando el estilo de campaña, pero dándole ese empujón de confianza que solo el buen peinado y un maquillaje oportuno pueden aportar. Porque, seamos sinceros: nadie encara un discurso difícil sin un brushing que aguante los nervios.

Persson es, por su parte, toda una institución en Palermo. Por su atelier han pasado figuras como Mariana Arias, Florencia de la V —con quien no quedó en los mejores términos— y Viviana Canosa. También cultiva amistad con pesos pesados de la moda como Gabriel Lage y Laurencio Adot. En sus redes sociales combina peinados de novias con anécdotas personales, logrando que incluso un simple repaso con secador adquiera un aire aspiracional.

En definitiva, mientras el país discute miles de temas políticos y emergencias varias, la vicepresidenta Villarruel también debate —esta vez con su estilista— qué tonalidad de beige combina mejor con la primavera. Y ojo: no es un detalle menor. En tiempos donde la política es cada vez más imagen, tener un “ministerio de estética” paralelo no parece una mala estrategia.