Carla Bruni, la exmodelo internacional, cantante y exprimera dama de Francia, atraviesa el momento más difícil de su vida pública. Mientras celebra los 20 años de Quelqu’un m’a dit, su disco debut que la consagró como cantautora, enfrenta un proceso judicial que amenaza con opacar su trayectoria.

En 2024, Bruni celebró dos décadas de su álbum más emblemático. “Ese disco me cambió la vida, me dio una nueva voz y una nueva forma de expresarme”, afirmó durante la gira que la llevó por Milán, Madrid, Cartagena y Burgos. Con nuevos sencillos como Sa jeunesse y Malumore francese, Bruni demostraba que a los 57 años seguía en plena forma. “La música sigue siendo mi refugio”, escribió en sus redes sociales, donde reúne a más de un millón de seguidores. Pero la calma duró poco.

El 9 de julio de 2024, la justicia francesa la imputó por manipulación de testigos y asociación de malhechores, en la causa conocida como Operación Salvar a Sarko. La investigación gira en torno al empresario franco-libanés Ziad Takieddine, quien había acusado a Nicolas Sarkozy de recibir millones de euros del régimen de Muamar Gadafi para financiar su campaña presidencial de 2007.

Carla Bruni: del esplendor artístico al ocaso judicial que la persigue

Las escuchas revelaron que Bruni preguntó a su amiga Mimi Marchand: “¿Todo va bien, mi Mimi?”, mientras se negociaba la retractación del testigo en Beirut. Los jueces sostienen que Carla Bruni habría usado una línea telefónica paralela para coordinar los contactos entre Sarkozy y Marchand.

Al ser interrogada, la cantante sorprendió a los investigadores con una frase contundente: “Soy yo la que debería ser imputada”. Para los fiscales, fue un intento claro de proteger a su marido.

La tormenta judicial se agravó con la reciente condena de Nicolas Sarkozy, hallado culpable de conspiración criminal por la financiación libia. “Dormiré en la cárcel con la cabeza bien alta. Soy inocente”, declaró el expresidente a la salida del tribunal.

La sentencia, que incluye una multa de 100.000 euros y la pérdida de sus derechos cívicos, significa que Sarkozy será el primer expresidente francés moderno en ingresar en prisión. Este desenlace golpea directamente la imagen de Carla Bruni, ahora más asociada a los tribunales que a la música.

Carla Bruni: del esplendor artístico al ocaso judicial que la persigue

Yo soy artista, no política. Pero la vida me llevó a estar en medio de todo esto”, confesó Bruni en una entrevista reciente. La realidad es que su presente está marcado por restricciones judiciales, la prohibición de hablar con implicados —salvo con su esposo— y la sombra constante de un proceso que podría terminar de erosionar su prestigio. 

Para cerrar, en este día negro para la pareja, la cantante se pronunció en redes sociales con un mensaje contundente y aferrada a su esposo. “Love is the answer” (“el amor es la respuesta”), escribió, etiquetando al político en una foto donde se los ve entrando juntos al juzgado esta mañana.