A una semana de las elecciones, el posterior rediseño del Gobierno puede anticiparse, a priori, en dos dimensiones: una estructural y otra política. Cambios de nombres por un lado, ampliación coalicional por el otro. Todo dependerá, sin embargo, del resultado electoral.

Se habla de un muy posible desembarco formal de Santiago Caputo al gabinete nacional, avalado en los últimos días incluso por Javier Milei en una entrevista. Las especulaciones recientes que llegaron a los oídos de casi todos los funcionario parecieran recomponer el famoso “triangulo de hierro”, visiblemente oxidado en los últimos meses, aunque con una nueva versión. “Lo más sano para el espacio sería un triangulo invertido. No es con Javier arriba y Karina y Santiago en los vértices de abajo, es al revés. Los hermanos arriba, Santiago abajo”, explica un diputado que pivotea con buen diálogo entre todos los sectores internos, mientras gira la figura geométrica que dibuja con sus índices y sus pulgares. Bienvenidos a un nuevo capítulo de la trigonometría de poder.

El asesor presidencial atravesó una semana de evidente protagonismo. Empezó con un viaje de avanzada a Washington, antes de la llegada de la comitiva oficial que visitó a Donald Trump en la Casa Blanca. Acompañado por Manuel Vidal y Macarena Alifraco, el consultor se reunió con Peter Lamelas, próximo embajador estadounidense en la Argentina; visitó a funcionarios del Departamento de Estado y de Homeland Security, con los que dialogó cuestiones políticas y de inteligencia; se reunió con la argentina Soledad Cedro y los referentes de la CPAC, con los que ya estableció una alianza estratégica; y cenó con Rob Citrone, el trader amigo de Scott Bessent, Luis Caputo y José Luis Daza que apostó a los bonos y las acciones argentinas desde la llegada de Milei. Para casi todos los vínculos, siempre se apoyó en dos puentes: el ingeniero del caos republicano, Barry Bennett, y el empresario argentino instalado en Estados Unidos, Leonardo Scatturice. A su regreso, intercambio mensajes públicos en buen tono con Mauricio Macri.

El viaje paralelo del team Caputo despertó la furia de su más reciente rival interno: Guillermo Francos ya no disimula su disgusto con “el pibe”. La disputa entre ambos tuvo un primer episodio en 2024, cuando discutieron por la limitación a los pedidos de acceso a la información pública. Revivió hace poco con el cruce público del Jefe de Gabinete a Daniel Parisini, el Gordo Dan, por el repudiable tuit contra Luis Juez, después con algunos ruidos por el nombramiento de Lisandro de Catalán como ministro del Interior y finalmente con las intervenciones simultáneas por la sesión que pretendía modificar la implementación de los DNU. En aquella oportunidad, tanto Francos como Santiago se adjudicaban la “victoria”.

Francos compartió una teoría con su equipo durante toda la semana. Le aseguraba a los suyos que Santiago armó un cronograma relámpago a Estados Unidos para asumir un protagonismo que en realidad no tenía en la negociación con Scott Bessent y la administración Trump. También sembró dudas sobre la influencia real de Barry Bennet, el nuevo aliado internacional caputista, en la toma de decisiones del país del norte. Los hechos, por ahora, respaldan a la dupla de asesores. El experimentado dirigente con pasado en el peronismo acusa al socio de Move Group de haber filtrado el supuesto malestar gringo por sus encuentros con enviados de China. “Fueron 10 o 15 reuniones en total, no 50 como decían por ahí. Algunas con el embajador, es cierto. Y la mayoría con empresarios acercados por algún Gobernador”, aclaran en despacho de la planta baja de la Casa de Gobierno.

Si Caputo resulta empoderado, su destino más lógico sería justamente la Jefatura de Gabinete. Un puesto que lo alejaría mucho del rol de “monje negro” que quiso sostener hasta aquí, que lo obligaría a presentar la declaración jurada patrimonial que hasta ahora esquivó y que aumentaría vertiginosamente sus niveles de exposición. Y Francos, que no tiene intenciones de dejar su cargo pero tampoco piensa quedar sometido políticamente, estaría dispuesto a dar un paso al costado. La pregunta que se repite es otra: ¿Milei no intentaría retenerlo o podría soltarlo sin inquietudes? Hace menos de dos meses lo definió como “el mejor Jefe de Gabinete de la historia”.

El elenco ministerial tendrá otros cambios obligados. Patricia Bullrich dejará su área para dar el salto al Poder Legislativo. La ministra de Seguridad quiere sostener el poder en su cartera y para eso propuso el nombre de Alejandra Monteoliva, virtual viceministra. Parece difícil que ocurra. Una vez instalada en el Senado, Bullrich podría aspirar a la Presidencia Provisional, tercera ubicación en la línea de sucesión presidencial. En su entorno hay quienes aseguran que ella tiene dos planes (contrapuestos) para 2027: ser compañera de fórmula de Milei en la búsqueda de la reelección o ser candidata a Jefa de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. El segundo, desde ya, es un desafío directo a Mauricio Macri. El calabrés y su primo, que tampoco disfrutan del mejor momento de la relación entre ellos, están al tanto de esas ambiciones. Esperan que Patricia gane el 26, casi una obviedad, pero en sus deseos más profundos la prefieren lejos de los 50 puntos con los que algunos sueñan. Al día siguiente empezará a circular una serie de spots publicitarios con el eslogan “la ciudad más linda” y que serán puntapié inicial de la campaña de Jorge Macri de cara a la renovación del 27.

Uno de los posibles cambios en el gabinete es el ingreso de Santiago Caputo por Guillermo Francos.
Uno de los posibles cambios en el gabinete es el ingreso de Santiago Caputo por Guillermo Francos.

La otra salida obligada es la de Luis Petri, quien ingresará a Diputados. Allí, cada vez cobra más fuerza el rumor de Cristian Ritondo como futuro Presidente de la Cámara. Si Caputo efectivamente resulta fortalecido por los cambios, los Menem deberían ser los más perjudicados. Lógica pura. Para sostener su rol actual, Martín Menem tiene que consolidar los acuerdos necesarios y juntar los votos correspondientes. No recibirá demasiada ayuda de la Casa Rosada y aunque va a engrosar la lista de bancas libertarias directamente alineadas con su primo Lule y con su alfil Sebastián Pareja, nada está asegurado. Lule, el más karinista de los karinistas, siempre depende de la hermanísima.

Seguridad y Defensa, mientras tanto, podrían quedar en manos de referentes del Pro. Guillermo Montenegro es casi un número puesto. Sería uno de los gestos de amplitud para un Gobierno que necesita mejorar su muñeca política. El otro, más sorpresivo, incluye a los gobernadores. Caputo está dispuesto a incorporar a un emisario de líderes provinciales como ministro del Interior y le llevó la idea a Milei. El ministerio, además, podría sumar músculo con más desarrollo para áreas como Infraestructura e incluir también Transporte. En ese combo, Lisandro Catalán se iría junto con Francos, su promotor. ¿Habrá también un viaje a Washington con gobernadores y referentes de aquella oposición que al principio de mandato fue conocida como “dialoguista”? Así dicen. Por lo menos, la Rosada haría extensiva una invitación.

Al igual que las modificaciones y los relanzamientos, los sueños de consenso quedan supeditados a la performance electoral. Una victoria de orden nacional y un descuento de votos acentuado en la Provincia de Buenos Aires fortalecerían al Gobierno para buscar acuerdos. La derrota habilitaría un escenario mucho más complejo. La remontada bonaerense está en manos de Diego Santilli. El “Colo”, quien todavía se resiste a las presiones tuiteras para raparse el pelo (habrá insistencia en vivo en un programa de TV en las próximas horas), mejoró las expectativas bonaerenses de La Libertad Avanza y permitió que aparezcan algunos brotes de optimismo en el tramo final de la campaña. La derrota se da por descontada, la pregunta es por cuánto.

Cuentan que el Presidente tiene cierto grado de fascinación con Diego Santilli. En diferentes charlas entre ellos, le explica complejos conceptos económicos que después el candidato replica en las entrevistas que brinda en las señales de noticias. Miguel Boggiano y Ramiro Castiñeira, economistas completamente alineados con el proyecto libertario y amigos de Milei, son otros de los que asesoran al “Colo” para sus respuestas sobre economía. “Dice lo mismo que le decimos nosotros pero con otras palabras”, se entusiasma Milei cuando habla sobre él con terceros. Además, en sus redes sociales Santilli recibe apoyo permanente de los referentes tuiteros del Gobierno que, en conjunto con el equipo especializado en comunicación digital que lo acompaña hace años, llevaron las interacciones de su arroba en X a un crecimiento de más de 10 mil por ciento.  La instalación en la agenda del tema del financiamiento ilegal chavista a la política latinoamericana de la primera década del siglo XXI fue otro motivo de celebración para el Gobierno en la última semana. Buscarán exponer rol de Jorge Taiana, ministro de Relaciones Exteriores de los Kirchner en aquellos años y principal candidato de Fuerza Patria en la Provincia de Buenos Aires, en aquel viejo entramado. La declaración en Estados Unidos de Hugo “El Pollo” Carvajal, ex jefe de la inteligencia venezolana, será recién a mediados de noviembre, por lo que no habrá novedades reales antes de la elección. Veremos cómo se las ingenian para sostener el tema en la conversación.

Por último, el sistema de votación. La boleta única ya le trajo dolores de cabeza al oficialismo con el caso Espert y será uno de los ejes del próximo domingo. La fiscalización pareciera tener menos protagonismo por la imposibilidad tradicional del robo de boletas, pero será clave en el momento del conteo de votos. Algunos punteros del conurbano ya hablan del método para hacer trampa con el nuevo formato: marcar un casillero extra. “Con una lapicera y una cruz de más en algún momento en el que los muchachos se despistan, podés anular un voto”, explica un viejo lobo de la primera sección electoral. Aunque la truchada de turno no debería tener una incidencia marcada en el resultado, habrá que prestarle atención.

En el Gobierno le sacaron la fiscalización a Sebastián Pareja, cuyo ingreso a la Cámara de Diputados está asegurado por ocupar el tercer lugar de la lista. Además, el Presidente bonaerense de LLA meterá también a Alejandro Carrancio (5°) y Miriam Niveyro (8°), dos de los suyos. La parejista Andrea Vera (16°), la hija del “Nene”, dependerá de la matemática electoral. Sin embargo, algunos identificaron que el compromiso de Pareja en esta elección está un tanto diluido. “No quiere que la derrota sea menor que los 14 o 15 puntos de septiembre porque va a quedar expuesto, está jugando para atrás”, asegura alguien con quien está enfrentado.

La “fisca” quedará entonces en manos de Sebastián Braun, empresario que acompaña el lanzamiento a la política de Javier Milei desde 2021, que fue el principal aportante en la campaña 2023, que integra hoy el consejo de asesores presidenciales y que es además primo de Marco Peña. Ahora trabaja con los referentes territoriales del Pro que responden a Santilli, Ritondo, el marplatense Guillermo Montenegro y el matancero Alejandro Finochiaro.

Dedicado al sector agroindustrial y con fuertes inversiones en el mundo financiero, Braun forma parte también de la Fundación Faro, coordinada informalmente por Francisco Caputo, hermano de Santiago. El think thank libertario organizó el último miércoles una charla en Puerto Madero sobre “las reformas estructurales que se vienen”. Participaron María Ibarzabal Murphy, Secretaria Legal y Técnica, y Manuel García-Mansilla, el supremo que no fue. El constitucionalista contó que “conformó un equipo con gente conocida y experimentada que está trabajando en unos quince proyectos de ley”. Tanto Ibarzabal como García-Mansilla se ordenan detrás de Santiago Caputo. Otra vez, el ambicioso proyecto de poder del asesor.