"Hermanito, ustedes ya estuvieron 20 años haciendo caja, ahora nos toca a nosotros”. Cuenta un exfuncionario kirchnerista que así le respondió Eduardo Lule Menem cuando, apenas iniciada la gestión libertaria, lo llamó para pedir la reincorporación de 4 despedidos en la Cámara de Diputados, en la que recién había asumido su primo Martín. Era el primer diálogo entre ellos y el mayor de los primos no se molestó por fingir cordialidad o guardar “las formas”.

Mohamed y Fátima Menem estaban emparentados con Don Saúl Menem, el padre de Carlos, Eduardo y Munir. “Es hijo de primos”, dijo Zulemita sobre el actual Subsecretario de Gestión Institucional de Karina Milei en Cenital, en una entrevista con Iván Schargordsky. Los padres de Lule nacieron en la zona de Yabrud, en Siria, a menos de 100 kilómetros de Damasco. Es la tierra original de los Menem, antes de instalarse en Anillaco, La Rioja, a unos 13 mil kilómetros. Lule Menem Menem, según su DNI, es nacido en Argentina.

Ingresó como asesor administrativo al Senado el 1° de junio 1984, como parte del equipo de colaboradores de Eduardo Menem, quien había asumido su banca en diciembre de 1983, con el regreso de la democracia. Para esa época, Carlos Saúl ya era gobernador de La Rioja y soñaba con la presdiencia. Lule, de apenas 19 años en ese momento, empezó como un cadete. Un “che-pibe”. No tardó en afianzarse en el despacho que, hasta el día de hoy, le corresponde a su provincia y, en buena parte, a su familia. Actualmente esa oficina está ocupada por Juan Carlos Pagotto, de La Libertad Avanza.

Se convirtió en secretario privado y mano derecha de Eduardo Menem, “el tío”, durante casi toda su década como Presidente Provisional del Senado. Igual que en la experiencia libertaria, en los noventa supo cultivar la confianza con un hermano presidencial. Recaló luego en la gobernación de Ángel Mazza, en La Rioja, como Secretario General del ejecutivo provincial. En simultáneo, asesoraba a su primo Adrián, hermano del actual Presidente de la Cámara de Diputados. El mayor de los hijos de Eduardo mantuvo su banca hasta 2007.

Su carrera en la Cámara alta se extendió en los despachos de Carlos Menem primero y Ricardo Guerra, también riojano y exfuncionario de Mazza, después. En los años en los que trabajó para el expresidente forjó amistad con Sebastián Pareja, a quien luego recomendó para incorporarse a La Libertad Avanza. En 2021, acompañó a su primo segundo Martín en su lanzamiento a la política. El hijo de Eduardo fue el único candidato en todo el país que en la elección legislativa de ese año llevó la marca La Libertad Avanza en su boleta y recibió el apoyo público de Javier Milei, quien competía en la Ciudad de Buenos Aires.

Testigos y protagonistas de aquellos inicios libertarios, hoy expulsados del espacio, relatan que el viaje y el acto del economista despeinado estuvieron financiados por Martín, de exitoso recorrido en el sector privado. Agregan que no fueron los únicos costos. ¿Karina Milei le cobró un caché a los Menem para llevar a su hermano a tierras riojanas? La inversión funcionó. Martín ingresó a la legislatura riojana y se ilusionó con que la ola violeta lo lleve a reemplazar al peronista Ricardo Quintela. No ocurrió.

En 2023, Lule entendió rápido a quien tenía que acercarse. Karina Milei tenía un estrechisimo vínculo con Carlos Kikuchi, primer armador territorial de La Libertad Avanza a nivel nacional, pero la amistad se detonó después de las PASO que dejaron al economista liberal en primer lugar. Kikuchi empezó a chocar con Santiago Caputo, consultor y estratega de campaña, por la fiscalización electoral, las denuncias públicas de pedidos de dinero a cambio de candidaturas en concejos deliberantes y las diferencias por sociedades políticas. Finalmente, se distanció también de Karina.

Después del balotaje, en la sede de la transición de Gobierno instalada en el Hotel Libertador del centro porteño, los Menem aprovecharon ese vacío. Lule y Martín llegaban al lobby de la planta baja, habitualmente acompañados por Sharif Menem, hijo de Gabriel, un primo de Lule.. Martín, que era diputado electo por La Rioja, apuntaba a la presidencia de la Cámara de Diputados. Mientras tanto, Mauricio Macri pedía por Cristian Ritondo para esa silla, Guillermo Francos tejía puentes con el peronismo no kirchnerista para promover a Florencio Randazzo y el entonces legislador porteño de LLA, Óscar Zago, se entusiasmaba con el cargo para él. Ganaron los Menem.

Lule, militante permanente del perfil bajo, inició la gestión como una mano derecha en las sombras de su primo Martín aunque, en los papeles, solo era asesor del Senador Juan Carlos Pagotto, en cuyo despacho también trabaja su prima, Carola Menem. El apellido se extiende hoy en la gestión mileísta con Amalia, Secretaría de Martín en Diputados; Facundo, asesor legal del Ministerio de Sturzenegger; Amado, titular de la sede de Pami de La Rioja; o Jorge Horacio en la Dirección de Procesos aduaneros de ARCA.

El 21 de febrero de 2024, a través del Decreto 165/24, Eduardo “Lule” Menem fue designado en la Subsecretaría de Gestión Institucional de la Secretaría General de la Presidencia. Pasó así a integrar formalmente el equipo de Karina Milei, con oficina incluida en en el primer piso de la Casa Rosada y con vista a la Plaza de Mayo. Además, se hizo fuerte como armador nacional de La Libertad Avanza, un partido en formación. Se empezaba a repetir entonces una frase que marcó el crecimiento de su poder: “Lule es Karina”. El apotegma se utilizó para justificar sus intervenciones solapadas en la Agencia Nacional de Discapacidad o la Obra Social de los Trabajadores Rurales y Estibadores.

En medio de una de las primeras negociaciones legislativas, como la de la ambiciosa ley bases, Lule tenía otra obsesión: llenar las Unidades de Atención Integral (UDAI) de Anses y las Unidades de Gestión Local (UGL) de Pami. “Necesito que me traigan gente de confianza para poner en Pami y Anses”, le pidió en febrero a los diputados libertarios. Así estrenó un casting que buscaba anclar en las sedes locales del Gobierno nacional las bases del armado partidario. El cordobés Gabriel Bornoroni y el correntino Lisandro Almirón, por ejemplo, no tardaron en convertirse en aliados clave. Aquella ambición territorial, sin embargo, despertó ruidos. Sandra Pettovello, Mario Lugones (todavía no era ministro pero ya manejaba buena parte del poder en Salud) y Santiago Caputo fueron algunos de los enemigos eventuales. El resto de la historia es más conocida. Internas, denuncias y ahora también audios.