Un granjero yankee bardeó a Trump por culpa de Milei
Nuestro país es el principal competidor de los Estados Unidos en la venta de soja
Un productor de Arkansas se volvió viral tras criticar en vivo la decisión del gobierno de Estados Unidos de brindar asistencia económica a la Argentina, uno de sus principales competidores en la exportación de soja. En un reportaje con MSNBC, Scott Farmer expresó su enojo al enterarse de que Washington destinará miles de millones de dólares al país sudamericano, al que calificó como “la segunda mayor competencia en el mundo” para los productores norteamericanos.
“Nos levantamos una mañana y le das a Argentina 20 mil millones de dólares del dinero de los contribuyentes, que es nuestra segunda mayor competencia en el mundo, son los mayores exportadores de harina de soja del mundo”, dijo Farmer, visiblemente molesto.
El agricultor explicó que, mientras el campo estadounidense enfrenta precios deprimidos, los productores argentinos se ven beneficiados por las recientes medidas económicas del gobierno de Javier Milei y por el interés chino en la soja del Cono Sur. “Y luego los chinos compran, creo que la cifra es de 30 o 40 contenedores, barcos, que son unas 65.000 toneladas métricas por barco, lo que equivale a unos 2.2 millones de bushels. Así que compran 12 o 14 mil millones de dólares en soja de los argentinos después de la exención de impuestos”, señaló.
Farmer añadió que la política comercial argentina, que por unos días redujo las retenciones a la exportación de granos a cero, generó una ventaja competitiva frente a Estados Unidos. “Les dan 2,30 dólares por encima de la junta de noviembre, mientras que yo estoy recibiendo 50 centavos por debajo de la junta de noviembre. Eso hace que la soja argentina cueste unos 12,42 dólares el bushel, creo que esa es la cifra real que dieron. Así que toda mi prima...”, se lamentó antes de ser interrumpido por el conductor del programa.
La breve suspensión de los aranceles a la exportación de soja, maíz y trigo que decretó el gobierno argentino la semana pasada provocó una ola récord de ventas por unos USD 7.000 millones en apenas tres días, según datos del sector. Las empresas Bunge, Cargill y Louis Dreyfus aprovecharon la medida para adelantar operaciones, generando un pico histórico de exportaciones que despertó atención en los mercados globales.
Si bien la suspensión duró menos de 72 horas, el impacto fue inmediato: la soja argentina alcanzó precios entre USD 355 y 360 por tonelada, un aumento de más del 15% en comparación con semanas anteriores.
En paralelo, el Departamento del Tesoro de EE.UU. había anunciado que trabajaba junto al Banco Central argentino en un eventual acuerdo financiero de USD 20.000 millones, lo que alimentó el malestar de productores estadounidense, que interpretaron el gesto como una desventaja directa para su sector.
Hace pocos días, el secretario de Agricultura argentino, Sergio Iraeta, intentó desactivar las sospechas de injerencia externa. “El presidente Javier Milei y el ministro de Economía, Luis Caputo, apuntan a retenciones cero y no hay presión de Estados Unidos. El Presidente toma las medidas en función de lo que beneficia a la República Argentina”, aseguró el funcionario durante el lanzamiento de la Campaña Gruesa 2025/26.
Iraeta defendió la decisión de eliminar temporalmente los derechos de exportación y sostuvo que la medida “significó tener retenciones cero durante un plazo. Fue corto el tiempo, estoy de acuerdo, pero eran retenciones cero”. Además, destacó que “el precio al productor realmente copió el impacto” y que la medida “generó un gran dinamismo en el mercado”.
En el campo estadounidense, en cambio, la sensación es de desconcierto. La guerra comercial con China y los subsidios a competidores del sur han dejado a los productores en una situación frágil, sin saber si cuando se concrete el préstamo a Estados Unidos, llegarán ciertas condiciones, como una posible imposición de mantener las retenciones para el campo.