El creador de 678 y Duro de Domar, Diego Gvirtz, reapareció públicamente y apuntó directamente contra Máximo Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner. En diálogo con Revista Bache, lanzó duras declaraciones sobre quienes en el pasado consideró aliados políticos y hasta “familia”. “Es un desagradecido, igual que Cristina”, disparó.

Gvirtz fue uno de los productores más influyentes de la televisión argentina durante la década kirchnerista. Creó programas que marcaron época, como 678, Televisión Registrada y Duro de Domar, y se convirtió en una figura cercana al oficialismo durante el primer mandato de Néstor Kirchner y el inicio de la gestión de Cristina. En 2015, antes de la llegada de Mauricio Macri a la presidencia, vendió su productora PPT (Pensado Para Televisión) al Grupo Indalo, y desde entonces mantuvo un bajo perfil mediático.

“Estoy tratando de rearmar un poco mi vida después de tanto quilombo”, contó. “Cuando se meten abogados, psicólogos y la Justicia en temas de familia, en lugar de arreglar las cosas, las rompen”. Alejado de las cámaras desde hace casi una década, esta entrevista marcó un regreso con declaraciones de alto voltaje político.

Néstor Kirchner en 678  (Crédito: TV Pública)
Néstor Kirchner en 678 (Crédito: TV Pública)

En el reportaje, Gvirtz reveló que intentó comunicarse con Máximo y Cristina hace tres años, pero nunca obtuvo respuesta. “Intenté acercarme, pero no me contestaron los llamados. Si no les interesa, que no me hablen. Mi vida no va a cambiar por eso”, afirmó.

La relación fue intensa durante los años de auge kirchnerista: “A Máximo lo veía como un hermano. Para mí es muy inteligente, muy talentoso. Lo sigo sosteniendo. Pero ya no lo considero un hermano. Es un desagradecido, igual que Cristina. Yo les entregué mi vida, sobre todo al padre”, dijo.

Durante la entrevista también aclaró que su apoyo no fue incondicional: marcó diferencias con el segundo gobierno de Cristina. “No soy ultrakirchnerista. Con Cristina no me llevo mal, pero su segundo gobierno no me gustó. Me gustó el primer gobierno de Néstor. Hasta ahí me siento identificado, después ya no”, explicó.

Más allá de su distanciamiento del kirchnerismo, Gvirtz analizó la coyuntura política argentina y se refirió al actual presidente Javier Milei. “Yo no tengo nada contra él, pero si no empieza a haber consensos en este país… Creo que se necesita un consenso de todos”, afirmó.

Según su visión, el gran error de Milei fue “demonizar” a Axel Kicillof: “Se generó su propio enemigo, y le ganó el diablo. Peleás contra el diablo y te termina ganando el diablo”. También fue crítico con la estrategia comunicacional del oficialismo basada en tuiteros y streamers: “Puede funcionar durante un tiempo, pero cuando la gente ve que no tiene para morfar se termina. El tipo hizo cosas bien, agarró un país quemado e hizo cosas bien, pero no alcanza. Recortar lo de arriba, no lo de abajo. El famoso derrame no existe”.

Sin planes concretos de volver a la televisión, Gvirtz aseguró que tiene ideas en carpeta pero que requieren financiamiento. Mientras tanto, sus palabras resuenan en un escenario político marcado por fracturas internas y discursos cruzados. Su distanciamiento de quienes alguna vez consideró aliados marca un punto fuerte en la entrevista: “Ya no lo considero un hermano. Es un desagradecido, igual que Cristina”.