Carlos III hizo historia: el primer monarca británico en rezar con un Papa
El encuentro marcó un hecho histórico que simboliza la reconciliación entre la Iglesia Católica y la Anglicana tras casi cinco siglos de separación
En una imagen que quedará grabada en la historia, el rey Carlos III y el papa León XIV se unieron en oración dentro de la Capilla Sixtina, en el Vaticano. El gesto, cargado de simbolismo, marcó la primera vez que un monarca británico —máximo representante de la Iglesia Anglicana— reza públicamente con un Papa, rompiendo una distancia espiritual que llevaba casi quinientos años.
El acto, transmitido por los medios vaticanos, reunió a autoridades religiosas y diplomáticas de todo el mundo. Bajo los frescos del Juicio Final de Miguel Ángel, León XIV y Carlos III ofrecieron un mensaje de reconciliación y unidad. Desde 1534, cuando Enrique VIII rompió con Roma y fundó la Iglesia Anglicana, no se había visto un momento de semejante relevancia ecuménica.
“El encuentro de hoy no pertenece solo a los libros de historia, sino al corazón de los creyentes”, afirmó el arzobispo de York, Stephen Cottrell, al finalizar la ceremonia. La liturgia fue acompañada por los coros combinados del Vaticano y de la realeza británica, que cantaron en latín e inglés, simbolizando el diálogo entre ambas confesiones.
En su rol de gobernador supremo de la Iglesia Anglicana, Carlos III se sentó a la izquierda del Papa, un gesto interpretado como símbolo de respeto y apertura. Aunque el monarca ya había mantenido encuentros previos con Juan Pablo II, Benedicto XVI y Francisco, jamás había compartido una oración conjunta con un pontífice.
El actual papa León XIV, el primer pontífice estadounidense, presidió la celebración junto a líderes de ambas iglesias. Su elección, hace apenas seis meses, ha sido vista como un impulso hacia una Iglesia más inclusiva y abierta al diálogo.
Tras la ceremonia en la Capilla Sixtina, Carlos III y la reina Camila se dirigieron a la basílica de San Pablo Extramuros, donde encabezaron un servicio ecuménico junto al cardenal James Harvey y el abad Donato Ogliari. Allí, el monarca fue nombrado royal confrater —“hermano real”— y recibió un escaño de madera tallado con su escudo y el lema Ut unum sint (“Que todos sean uno”).
“La bienvenida de hoy a Su Majestad celebra los avances en el camino hacia la unidad cristiana y ofrece un signo de esperanza para el futuro”, destacó el cardenal Harvey.
Más allá de su valor histórico, el rezo conjunto entre Carlos III y León XIV representa un mensaje de reconciliación en tiempos de división global. Durante la ceremonia, se leyó un texto del beato John Henry Newman, figura clave en el vínculo entre católicos y anglicanos, quien será proclamado Doctor de la Iglesia el próximo 1 de noviembre.