La inteligencia artificial vuelve a sacudir el ecosistema digital: OpenAI presentó oficialmente Sora 2, su nuevo modelo de generación de video hiperrealista, acompañado de una aplicación social que funciona de manera muy similar a TikTok. En apenas 24 horas desde su lanzamiento, la app se posicionó como la más descargada de la App Store en la categoría Foto y Video en Estados Unidos, pero al mismo tiempo desató debates legales y éticos por copyright, uso de rostros y riesgo de deepfakes.

Sora 2 es la evolución del primer modelo de video que OpenAI lanzó en 2024. Al igual que ChatGPT genera texto y DALL·E produce imágenes, Sora crea clips en movimiento a partir de un prompt en lenguaje natural. La compañía presentó esta versión como "un gran avance en la IA para crear escenas de video más realistas".

La propuesta es simple y potente: el usuario escribe una instrucción —por ejemplo, “un vikingo en medio de una tormenta de nieve”— y en segundos obtiene un video de hasta 10 segundos con movimientos físicos coherentes, audio ambiental y sincronización de voces. “Sora 2 puede ahora hacer cosas que eran excepcionalmente difíciles, y en algunos casos completamente imposibles para modelos anteriores de generación de video”, destacó OpenAI, citando ejemplos como rutinas de gimnasia olímpica o partidos de básquet.

La gran diferencia respecto a la primera versión es su nivel de interactividad. Ahora, además de escribir un prompt, el usuario puede subir su rostro y su voz para que la IA genere una versión digital e insertarla en cualquier escena. Esta función, llamada “Cameos”, permite que las personas aparezcan dentro de clips creados por otros usuarios, siempre previa verificación de identidad para evitar usos no autorizados.

La plataforma también ofrece múltiples estilos visuales —realista, cinematográfico, anime, entre otros— y la capacidad de crear secuencias con varias tomas, manteniendo elementos comunes entre escenas. Asimismo, mejora notablemente la física de los objetos y la sincronización de audio: si un personaje habla, su voz se escucha con claridad y el entorno se completa con efectos sonoros y ambientación.

La aplicación móvil de Sora 2 funciona como una red social vertical, con navegación por scroll y un feed de recomendaciones personalizado. Los usuarios pueden dar “me gusta”, comentar, remezclar contenidos y participar en producciones colectivas. La gran diferencia frente a otras plataformas es que cualquiera puede ser protagonista de escenas creadas por IA en cuestión de segundos.

Por ahora, la app solo está disponible en Estados Unidos y Canadá para iPhone, aunque se puede acceder desde otros países mediante una Apple ID extranjera o utilizando una VPN en la versión web. El acceso está restringido por un sistema de invitaciones, similar al lanzamiento inicial de otras herramientas de OpenAI.

El furor por Sora 2 vino acompañado de controversias. Internet se llenó rápidamente de videos virales: desde Sam Altman cantando en un baño hasta Ronald McDonald escapando de una persecución policial. Muchos de estos clips recrean personajes y celebridades reales sin autorización, lo que reavivó los debates sobre propiedad intelectual y derecho a la imagen.

OpenAI ya enfrenta demandas por infracción de copyright, incluida una presentada por The New York Times. Los críticos advierten que el modelo fue entrenado con materiales protegidos y ahora permite generar contenidos que replican marcas, franquicias y rostros reales sin consentimiento.

OpenAI asegura que todos los clips generados incluyen marcas de agua visibles e invisibles y metadatos de procedencia, pero admite que estos pueden eliminarse fácilmente una vez subidos a otras redes sociales. “Ninguna técnica es infalible”, advirtió Siwei Lyu, director del Laboratorio Forense de Medios de la Universidad de Buffalo, quien remarcó la necesidad de “múltiples capas de autenticación” para frenar el uso malicioso.

Sora 2 llega en un escenario de alta competencia con gigantes como Google, Runway y Midjourney, que también desarrollan modelos de generación de video. Por ahora, el servicio está en fase de prueba y funciona de manera gratuita con límites de uso, aunque los usuarios con planes pagos de ChatGPT tendrán acceso a videos de mayor calidad.