Julia Mengolini, periodista, abogada y directora de Futurock, denunció una serie de amenazas, hostigamientos y violencia digital que atribuye directamente al entorno del presidente Javier Milei. En una extensa entrevista con Jorge Fontevecchia, la conductora apuntó contra lo que definió como una “organización coordinada”, posiblemente financiada con recursos del Estado, que tiene como objetivo intimidar y silenciar voces críticas.

Durante el diálogo, Mengolini detalló el tipo de ataques que recibe a diario. “Me escriben mensajes con amenazas de muerte, de daño físico. Me dicen que me van a cortar el cuello, tirarme desde un avión o descuartizarme. Algunos hasta hablaron de que aparezca en una zanja”, relató. Para ella, el nivel de agresividad escaló en los últimos meses, coincidiendo con una postura editorial abiertamente opositora al Gobierno y un modelo de comunicación independiente que genera incomodidad.

Futurock, la radio que fundó y dirige, se sostiene gracias al aporte voluntario de sus oyentes. Ese esquema de financiamiento, según Mengolini, también despierta rechazo entre sectores del poder. “Molesta mucho que no dependamos de la pauta estatal ni de intereses empresariales. Eso nos otorga libertad real para informar y opinar”, sostuvo.

Además de las agresiones verbales, la periodista denunció un episodio que marcó un antes y un después: la creación y difusión de un video pornográfico generado con inteligencia artificial, en el que se la representaba en una escena de carácter incestuoso junto a su hermano. “Ese material fue compartido por cuentas vinculadas a sectores libertarios. No se trata solo de odio o violencia simbólica, sino de delitos concretos”, afirmó.

A partir de ese hecho, Mengolini presentó una denuncia judicial que incluye los delitos de intimidación pública, incitación al odio, amenazas coactivas, apología del crimen y malversación de fondos públicos. Según explicó, ya lograron identificar a algunas personas que difundieron el contenido, lo cual refuerza la hipótesis de una estructura organizada. “Tenemos un mapa de quiénes iniciaron los ataques, quiénes amplificaron el video, quiénes lo viralizaron. Todo está documentado y se presentó ante la Justicia”, detalló.

La periodista también señaló que parte del problema radica en la falta de legislación específica para abordar estos casos en el ámbito digital. “El mundo virtual aún opera bajo cierta impunidad. Muchos creen que porque algo ocurre en redes sociales no es grave o no tiene consecuencias legales. Pero eso no es así”, advirtió. También apuntó contra la ignorancia jurídica de quienes replican contenidos difamatorios: “Reenviar una amenaza te convierte en responsable, igual que quien la formuló”. 

Mengolini y Fontevecchia dialogaron sobre los ataques de Milei a periodistas. Crédito: Editorial Perfil.

En ese contexto, Mengolini cuestionó el rol del presidente Javier Milei, a quien acusa de alimentar el odio desde sus redes sociales. “Mientras él lanza decenas de tuits contra periodistas, sus seguidores descargan una violencia sistemática. Es muy claro el patrón y es evidente que hay una motivación política detrás de todo esto”, sentenció.

Para ella, el componente misógino también juega un rol central. “Las mujeres recibimos un nivel de agresión mucho más alto. Nos insultan con palabras como ‘fea’, ‘gorda’, ‘incogible’. Nos amenazan con violaciones. A los varones críticos los atacan, sí, pero de otra forma. Esto es misoginia pura”, afirmó.

A pesar del hostigamiento, Futurock atravesó una de sus semanas más exitosas en términos de apoyo popular. La comunidad sumó más de 1500 nuevos socios, algo que Mengolini valoró como una muestra clara de solidaridad y compromiso. “La gente entendió que apoyar a un medio independiente es defender la libertad de expresión. Nos dieron fuerza moral y también recursos para seguir adelante”, expresó.

En la parte final del diálogo, Mengolini reflexionó sobre el estado actual del periodismo y la democracia en Argentina. “El periodismo crítico molesta a los autoritarios. Quieren hacernos creer que somos enemigos por ejercer nuestro trabajo. Pero no vamos a callarnos”, concluyó.