La inteligencia artificial no es infalible. De hecho, también puede resultar peligrosa. Así lo comprobaron dos turistas que recorrían la región de Cusco, en Perú, y pagaron 160 dólares para visitar un destino que, en realidad, no existía.

Según contó Miguel Ángel Góngora Meza, guía turístico y fundador de Evolution Treks Perú, los viajeros querían conocer el supuesto “Cañón Sagrado de Humantay”, un lugar con nombre imponente, pero completamente ficticio.

“Me mostraron una captura de pantalla redactada con seguridad y llena de adjetivos vívidos, pero no era cierta. ¡No existe ningún Cañón Sagrado de Humantay!”, explicó Góngora Meza en diálogo con la BBC.

El experto aclaró que “el nombre combina dos sitios que no tienen relación alguna con la descripción” y que los turistas fueron trasladados hasta Mollepata, creyendo que allí se encontraba el destino promocionado.

Una encuesta de Global Rescue reveló que al menos el 30% de los viajeros utiliza herramientas de inteligencia artificial para planificar sus viajes. Sin embargo, muchas de estas aplicaciones pueden ofrecer datos erróneos o inventados, lo que conlleva riesgos.

“Cuando usás ChatGPT, que mezcla imágenes y nombres para crear una fantasía, podés terminar a 4.000 metros de altura, sin oxígeno ni señal telefónica”, advirtió el guía.