A casi dos meses del cierre abrupto del reality La Gran Hermana (el reality show conurba que terminó con el suicidio de su creador), las voces que habían permanecido en silencio empiezan a hablar. Roxy Hard —la figura más visible del proyecto— y Aldana —pareja, amiga y compañera de Gonzalo Goldschein— ofrecieron una extensa entrevista en streaming con el youtuber Sizelu que permite reconstruir las últimas horas de quien fue el creador del programa.

La Gran Hermana fue un reality independiente que comenzó a transmitirse por Twitch desde una casa en Berazategui, al sur del conurbano bonaerense. El proyecto, creado por Gonzalo Goldschein, reunía a personas en situación de vulnerabilidad —entre ellas, consumidores problemáticos y personas que habían vivido en la calle—, quienes convivían frente a cámaras las 24 horas.

No había conductores ni filtros: el contenido se mostraba crudo y sin edición. La figura más visible era Roxy Hard, artista y mujer trans, pero Gonzalo era el verdadero organizador y productor detrás de todo. La dinámica caótica del programa, sumada a conflictos internos y externos, generó una fuerte atención en redes sociales durante julio y agosto. El 21 de agosto, Gonzalo se suicidó en la casa, hecho que marcó el final abrupto del proyecto.

Lo que antes eran rumores fragmentados —un suicidio “en directo”, un hallazgo macabro, una casa tomada por el caos— se ordena ahora en un relato íntimo, contradictorio por momentos, pero consistente en lo esencial: la muerte de Gonzalo no fue un show, sino el desenlace de una vida acorralada.

Roxy habló de Gonzalo desde un lugar que trasciende el reality. “La vida con Gonzalo fue desde hace muchísimos años. Lo conocí cuando tenía 16. Tenemos 25 años de una gran amistad, de una hermandad”, dijo. Lo conoció en la adolescencia; atravesaron juntos consumos, noches interminables, hospitales y proyectos fallidos. “Yo lo salvé de tres intentos de suicidio… esta vez no se pudo porque fue decisión tomada totalmente por él”.

Uno de los puntos centrales de la entrevista fue desmontar los rumores más instalados en redes: “¿Lo encontraste o no lo encontraste?”, preguntó el youtuber, refiriéndose a los rumores de que había sido la propia Roxy quien se había encontrado con el cuerpo. Roxy respondió: “Yo nunca encontré absolutamente nada. Nunca lo pude ver y jamás lo vi”. Luego añadió que no estuvo en la escena, que se enteró por teléfono y que ni siquiera asistió al velorio.

Aldana reforzó: “Es mentira que se suicidó en directo”. Ambas insistieron en que la transmisión de la casa ya estaba caída cuando ocurrió el hecho y que nadie dentro del proyecto filmó ni compartió imágenes. Roxy relató que la semana anterior Gonzalo les había avisado que planeaba quitarse la vida, pero nadie imaginó que sería en ese momento. “Ese día comimos asado. A las dos y media de la tarde me dijo que no se sentía bien. Cuando subí, ya estaba la ambulancia”.

Según contaron, Gonzalo dejó una carta. En ella pidió dos cosas: “Peleen por la casa y peleen por mis hijos”. La casa en Berazategui —que había sido escenario del reality y también de su vida cotidiana— es hoy el eje de un conflicto legal. Aldana habló de amenazas, cortes de servicios, cautelares y de un proceso judicial en curso que vincula el desalojo con las presiones que —según ella— precipitaron el desenlace. También señaló a personas concretas a quienes acusa de haberlo llevado “a la horca”.

Más allá de los conflictos, el relato más potente de la entrevista no gira en torno a causas judiciales sino a gestos mínimos. Roxy recordó que, en el cumpleaños de su hija, Gonzalo improvisó una torta con “una tapita de gaseosa y una vela vieja” y entró cantando feliz cumpleaños. “Tanto me querés como para hacer una cosa así”, dijo ella, recordando el momento.

También habló de cuando Gonzalo la visitaba en el hospital: “Me decía todos los días: levantate, no te dejes morir”. En su voz no hay solemnidad, sino la cercanía de quien habla de un hermano. Aldana, por su parte, lo describió como “una persona maravillosa, que ayudaba sin pedir nada a cambio”.

Aldana no es una figura pública ni una participante del reality. Según su propio testimonio, fue la primera novia, amiga, amante y compañera cotidiana de Gonzalo. Cocinaba para quienes vivían en la casa, trabajaba en la productora y compartía con él la vida diaria. No hay registros externos que permitan verificar su identidad más allá de sus propias palabras, por lo que en esta nota se la menciona tal como se presentó.

La entrevista también marca un cambio de etapa. Roxy afirma que no habrá relanzamiento del reality. “No era lo que él quería”, dijo. En su lugar, planea retomar la productora y lanzar un nuevo proyecto: “Cocina Trans”. Hoy atraviesa un tratamiento médico y psicológico, en abstinencia de alcohol y con el objetivo de “seguir viva”.

“Estoy tomando clonazepam, tengo seguimiento psiquiátrico y psicológico. Si no, no estaría acá sentada”, contó. Su voz, aunque marcada por el dolor, también es la de alguien que intenta no quedar atrapada en esa casa que hoy carga demasiada memoria. La entrevista no ofrece certezas judiciales ni verdades absolutas. Lo que sí hace es desplazar el foco: de los rumores y el morbo de las redes hacia la experiencia de quienes compartieron una vida con Gonzalo.

No hay escena en vivo, no hay hallazgo macabro, no hay conspiración secreta transmitida a través de Twitch. Hay una historia profundamente humana, atravesada por adicciones, presiones, conflictos legales y vínculos intensos. “Gonzalo me pidió que no lo deje solo. Yo vine acá por él y voy a seguir peleando”, dijo Roxy casi al final de la charla. Su duelo —como el de Aldana— no está terminado.