Este miércoles, una estudiante de 14 años ingresó con un arma de fuego al colegio Marcelino H. Blanco en La Paz, Mendoza, y disparó tres veces contra una docente antes de atrincherarse en un aula. La pistola era reglamentaria de su padre, miembro de la Policía, y, según las primeras investigaciones, la joven habría actuado motivada por episodios de acoso escolar. Afortunadamente, no hubo heridos y la adolescente fue reducida rápidamente.

El caso encendió las alarmas en la comunidad educativa y reabrió el debate sobre la seguridad en las escuelas. No es un hecho aislado: en lo que va de 2025 ya se registraron al menos tres episodios similares en distintos puntos del país.

Imágenes de la joven de 14 años que ingresó con un arma en Mendoza.

El 2 de septiembre, un niño de 12 años llevó la pistola reglamentaria de su padre policía a su escuela en Córdoba. Aunque estaba descargada, la mostró a sus compañeros y generó temor en la institución.

En agosto de 2025, un estudiante de 14 años fue descubierto con una “tumbera” casera en una escuela del barrio Cabal, en Santa Fe. Gracias al aviso de sus compañeros, el arma fue secuestrada antes de que pudiera usarse.

Meses antes, en marzo de 2025, un joven de 15 años ingresó con una pistola 9 mm a la escuela República del Perú, en Hurlingham. Una compañera dio aviso a una docente y se evitó un hecho mayor.

Casos emblemáticos

Aunque en las últimas dos décadas los episodios fueron aislados, la Argentina guarda en la memoria la tragedia de Carmen de Patagones, ocurrida el 28 de septiembre de 2004, cuando Rafael “Junior” Solich, de 15 años, ingresó con la pistola reglamentaria de su padre (suboficial de Prefectura) y mató a tres compañeros e hirió a otros cinco. La masacre repercutió de tal manera que Néstor Kirchner, presidente en ese entonces, dispuso dos días de duelo nacional.

Aquel hecho marcó un antes y un después: se reforzaron protocolos de seguridad y se trabajó en la prevención, lo que permitió atravesar casi veinte años sin hechos de gravedad semejante. Sin embargo, los incidentes de los últimos años muestran que el riesgo sigue latente.

Juniors, el autor de la masacre de Carmen de Patagones.

Otros episodios también quedaron registrados en la historia reciente: en Florencio Varela (2023), una alumna de 16 años fue detectada con una pistola Bersa .380 y 150 municiones. En Rafael Calzada (2000), un joven disparó contra dos compañeros, uno de los cuales murió; y en 1997, el primer caso conocido, un chico de 14 años mató a un compañero con el arma de su padre gendarme.

Según datos del RENAR, en Argentina hay más de 1.500.000 armas registradas y se estima que el total en circulación asciende a 3.600.000. Un dato preocupante es que más del 65% de las credenciales de legítimos usuarios están vencidas.

El denominador común en varios de estos episodios es el acceso de menores a las armas de sus padres, muchos de ellos integrantes de fuerzas de seguridad. Esto pone en evidencia la necesidad de protocolos más estrictos de resguardo en los hogares y de políticas de prevención que aborden tanto la seguridad como la salud mental y el acompañamiento en casos de bullying.