Uno de cada cinco adolescentes argentinos apuesta online y más de la mitad lo hace sin el consentimiento de sus padres. Los números son alarmantes, al igual que las múltiples puertas de entrada al juego. El fútbol lidera el ranking de apuestas, seguido por los casinos, y el boxeo se mantiene cerca.

Un estudio realizado por la Fundación Padres junto a Santander Argentina reveló que el principal factor que empuja a los menores al mundo de las apuestas son los juegos online donde circula dinero. Según la investigación, el 80% de los jóvenes encuestados entre 12 y 18 años conoce a alguien que apostó en sitios web o aplicaciones móviles.

La problemática de la adicción al juego creció en los últimos años, impulsada por la constante presencia de publicidades en entornos cotidianos. Los recreos escolares, los clubes deportivos y hasta los hogares son hoy escenarios comunes donde se apuesta. El informe destacó que el 48% de los apostadores tiene entre 15 y 17 años.

La falta de controles efectivos por parte de las empresas que operan estas plataformas complica la tarea de los padres, preocupados por la salud mental de sus hijos. A esto se suma la exposición permanente a campañas publicitarias. El estudio reveló que el 64% de los adolescentes comenzó a apostar por influencia de amigos o conocidos, mientras que el 36% lo hizo a partir de contenidos en redes sociales, influencers o anuncios en televisión e internet.

“La juventud enfrenta hoy un entorno digital lleno de riesgos, como la ludopatía, una problemática compleja que requiere un abordaje multidisciplinario”, señaló Rodrigo Park, director de Comunicaciones Corporativas de Santander Argentina. Muchos adolescentes logran sortear las barreras legales falseando datos, utilizando documentos de adultos o creando perfiles ficticios.

Un dato clave es el acceso a medios de pago: el 70% de los adolescentes ya usa billeteras virtuales y el 69% afirmó que esto facilitó su ingreso al mundo de las apuestas. Aunque el estudio no pudo verificar montos con precisión, se estima que el 10% de los jugadores arriesga más de $50.000, mientras que más del 80% apuesta menos de $10.000.