Ronen Suarc tiene 47 años y una biografía que parece dividida en capítulos que, sin embargo, dialogan entre sí. Periodista, actor, influencer y empresario argentino, desde 2019 vive en Nueva York, ciudad donde se reinventó profesionalmente y donde construyó un presente que combina gastronomía, proyectos culturales y plataformas digitales. En diálogo con Bardeo News, relata el detrás de escena de ese camino que lo llevó de los medios argentinos al competitivo universo del emprendimiento en Estados Unidos.

Llegó al país del norte un enero, como tantos migrantes, con la mochila cargada de ilusiones. Primero se instaló en Miami, “el error clásico de todos los que buscan empezar de cero”, reconoce, porque allí no logró encontrar su lugar. Más tarde recaló en Dallas, donde trabajó en un medio televisivo hispano, pero tampoco se sintió cómodo. Fue en agosto, poco antes de la pandemia, cuando se mudó definitivamente a Nueva York. Allí lo esperaban años de incertidumbre, encierro y reinvención. “Pasé toda la pandemia en esta ciudad. Aprendí a conocerla y a conocerme. Entendí que si quería sobrevivir en este entorno tenía que cambiar de piel”, confiesa.

Ese cambio llegó de la mano de una decisión clave: en septiembre del año pasado compró Cones Artisanal Ice Cream, una heladería artesanal argentina con 27 años de historia en Nueva York que supo instalar el helado argentino en el mapa gastronómico de Nueva York y Nueva Jersey. Lo hizo, asegura, buscando un negocio que pudiera darle estabilidad y que le permitiera proyectar a largo plazo. Hoy ese emprendimiento es su piedra angular, con locales funcionando y un plan de expansión que incluye, en los próximos diez años, multiplicar la presencia de Cones primero en Nueva York y Nueva Jersey, y luego en todo Estados Unidos. “La idea es llegar a diez locales en los primeros cinco años y a veinte en los siguientes cinco. Es un proyecto de largo aliento, donde el foco está en construir una marca sólida que no dependa de mi presencia, que pueda sostenerse con un equipo y con un relato propio”, detalla Suarc.

Ronen Suarc, el argentino que mezcla helado y teatro en NY.
Ronen Suarc, el argentino que mezcla helado y teatro en NY.

El relato, precisamente, se apoya en un concepto que lo diferencia: el helado artesanal argentino como producto único. “Acá no está tan difundido, pero quienes lo prueban entienden enseguida la calidad. Tenemos un helado espectacular, con una tradición que quiero transmitir a través de experiencias, de marketing, de eventos. No se trata solo de vender un postre, sino de instalar una cultura del helado argentino”, dice. Entre sus planes también está desembarcar en los supermercados y explorar modelos de franquicia.

Pero su vida en Nueva York no se limita a la gastronomía. Desde hace dos años, presenta “Estamos Unidos”, un unipersonal teatral que mezcla humor y reflexión sobre la experiencia inmigrante y que ya recorrió escenarios en Nueva York y Los Ángeles. La obra es, al mismo tiempo, un espejo íntimo y un puente con la comunidad latina. “El teatro es mi pasión, es lo que me conecta con la gente y con mis raíces. Con este show quise contar lo que significa ser inmigrante, las contradicciones, las esperanzas, las frustraciones. Lo hice con humor porque es la herramienta más poderosa que tengo, pero también con una mirada crítica. El público latino se siente reflejado”, explica.

Ronen Suarc, el argentino que mezcla helado y teatro en NY
Ronen Suarc, el argentino que mezcla helado y teatro en NY

Ese mismo espíritu lo llevó a crear una plataforma digital también llamada “Estamos Unidos”, que funciona como canal de streaming y como espacio de encuentro para hispanos en Nueva York. Allí conviven programas en español, herramientas educativas para emprendedores y una comunidad digital que crece semana tras semana. “Quiero que sea un lugar de pertenencia, donde la gente encuentre información, compañía y oportunidades. La comunidad hispana es enorme, pero muchas veces está dispersa. Yo quiero tender puentes”, asegura.

Hablar con Ronen Suarc es escuchar a alguien que aprendió a desarmar la idealización del “sueño americano” sin por eso caer en el desencanto. “El famoso sueño americano no existe tal como lo imaginamos. No es todo hermoso, no es todo divino. Es un laburo enorme, que depende de vos para bien y para mal. No hay que romantizarlo porque es mucho más duro de lo que uno piensa. A mí me tocó hacerlo en Estados Unidos, pero creo que es igual en cualquier parte del mundo: emprender siempre es complejo, requiere sacrificio y constancia”, le dice a Bardeo News.

Esa sinceridad también la traslada a sus redes sociales, donde prefiere mostrarse auténtico y contar las dificultades antes que vender una postal edulcorada. “No soy de mostrar algo que no es. No me gusta la pose del emprendedor exitoso que siempre está feliz. No, no es así. Hay días malos y días buenos, momentos de dudas y de logros. Lo importante es estar dispuesto a asumirlo”, reflexiona.

En su recorrido, Suarc asegura que lo más importante fue entender que ningún proyecto se sostiene sin equipo ni sin presencia física. “Cuando invertí en un restaurante en México sin estar ahí, aprendí que la ausencia se paga caro. El trabajo en equipo es fundamental, como también lo es conocer el mercado local, entender la cultura, adaptarse. No se trata solo de poner dinero, sino de estar, de involucrarse”.

Ronen Suarc, el argentino que combina helado y entretenimiento en Nueva York
Ronen Suarc, el argentino que combina helado y entretenimiento en Nueva York

Hoy, con la heladería en plena expansión, la obra teatral consolidada como una marca y la plataforma digital creciendo a un ritmo acelerado, Ronen Suarc se permite mirar hacia adelante con ambición pero también con realismo. Sueña con abrir un local en Times Square, producir una comedia audiovisual para hispanos en Nueva York y seguir fortaleciendo su comunidad online. Al mismo tiempo, se reconoce agradecido con lo construido. “No sé si logré el sueño americano, pero sí sé que construí el mío. Y lo hice a mi manera, con esfuerzo, con errores, con aprendizajes. Lo más importante es que hoy tengo un proyecto que me da estabilidad, otro que me da pasión y otro que me conecta con mi gente. Ese equilibrio es mi verdadero sueño”, concluye.