Tiny Desk: el escritorio que se volvió un fenómeno musical
A más de una década de la creación del exitoso formato que reúne a artistas de todo el mundo, se revelaron todos los secretos de su grabación.
Bob Boilen y Stephen Thompson son los creadores de Tiny Desk Concerts, un innovador formato musical creado por National Public Radio (NPR) de Estados Unidos. Hoy, a nueve meses de su lanzamiento, la presentación de Ca7riel & Paco Amoroso acumula 39 millones de visualizaciones, convirtiéndose en uno de los más vistos al menos en Argentina.
La idea de crear Tiny Desk surgió el 14 de marzo de 2008 luego de que sus creadores asistieran a un íntimo concierto que Laura Gibson dio en un bar. El ruido del público hizo casi imposible escuchar a la artista y así surgió la idea de que fuera ella quien vaya a tocar al escritorio de su oficina. Tres semanas después, y para sorpresa de todos, se presentó en las oficinas de NPR en Washington, convirtiéndose en la pionera del formato.
A 17 años de sus inicios, desde Architectural Digest dieron a conocer un video con los secretos del detrás de escena del exitoso formato. Desde el escritorio que protagoniza los famosos videos donde aparecen artistas como Bad Bunny, Dua Lipa o Chappell Roan, el presentador dice: “Una vez están todos los artistas, músicos e instrumentos, esto se convierte en Tiny Desk”.
La música no es la única estrella dentro del formato. Los colores, los objetos que decoran las estanterías y los libros que forman parte del set son también parte del éxito de Tiny Desk. "A pesar de todos los grandes artistas que han venido, la verdadera estrella es la estantería. La reconoces en cuanto la ves”, asegura el presentador al revelar los secretos detrás de cada objeto.
El primero que fue parte de la escenografía fue una botella de agua de plástico que dejó Adele tras su presentación. "Se dejó su botella y decidimos quedárnosla. Le pusimos su nombre y la dejamos ahí… ¡y así empezó!", reveló Robin Hilton, el senior producer del show.
"Casi todo tiene una historia, y todos los días sale algo nuevo", cuenta el presentador, que muestra una de las paredes que está dedicada a los “set list”, es decir, la lista de canciones que funcionan de guía para los artistas que están presentándose. Algunos de los que quedaron son los de ¡Yo Gabba Gabba!, Usher o Justin Timberlake.
Pero Adele no fue la única que dejó una pertenencia que pasó a convertirse en un ítem de la famosa estantería. Dave Matthews también dejó la botella térmica que utilizó durante su presentación y Gary Clark dejó una toalla con su transpiración. En exhibición, hay una botella de agua de vidrio de Regina Spektor, un sorbete metálico de Alicia Keys, una copa de Martini repleta de brillos de Sabrina Carpenter, una botella de aceite de oliva que dejó Action Bronson y los auriculares de Bad Bunny.
“Su manager dijo que eran muy importantes para él, que escuchaba todas las maquetas de sus canciones en estos auriculares y decidió dejarlos pero antes dibujó una cara triste y otra feliz, una a cada lado", contó el presentador. A eso se suman las botas de Post Malone, los zapatos de Tierra Whack y la peluca de Chappell Roan que está exhibida sobre la calavera de Cypress Hill.
Si bien cada uno de estos objetos tiene un alto valor simbólico, todos permanecen en su lugar desde que el artista los dejó ahí. Todos, excepto uno. Hay un único ítem que fue robado desde el inicio del Tiny Desk. Se trata de un CD firmado por Taylor Swift, cuyo paradero se desconoce.
Además de la estantería, los creadores del formato cuentan con otro recuerdo de cada artista que se presenta. Se trata de un álbum de fotos donde guardan las Polaroid que se toman tras el show. “Sacamos dos fotos: el artista firma una, nos la deja, y se lleva otra", explicó Joshua Bryant, uno de los productores.
Con respecto al éxito de Tiny Desk, el senior producer Robin Hilton estimó: “Creo que lo que más le sorprende a la gente es que sea un escritorio de verdad en una oficina abierta con gente trabajando. No es un set, o un escenario, o un estudio de grabación, es una oficina de verdad”. A pesar de ser una oficina, en algunos de los videos hay alrededor de 250 espectadores.
“Al principio éramos nosotros convocando artistas que venía a la ciudad y nos gustaba. Hicimos muchas sesiones acústicas y sencillas y luego las producciones fueron creciendo. Ahora los grupos vienen a pedirnos tocar en el Tiny Desk”, agregó Hilton y cerró, sorprendido. “Ninguno hubiera predicho el éxito que iba a tener”.