La noticia del fallecimiento de Karolina Krzyżak conmocionó a la comunidad de influencers europeos. La joven, que había viajado a Indonesia en busca de “equilibrio espiritual”, fue encontrada sin vida en su habitación del Sumberkima Hill Resort, en Bali. Según el personal del lugar, la influencer llevaba varios días sin salir del cuarto y había pedido expresamente que solo le sirvieran frutas.

Cuando un amigo intentó contactarla sin éxito, el personal del hotel ingresó a su habitación y descubrió el cuerpo. De inmediato dieron aviso a las autoridades locales, que confirmaron la trágica muerte.

De acuerdo con el medio británico The Sun, Karolina pesaba 22 kilos al momento de su fallecimiento. La autopsia determinó que la causa fue malnutrición severa, derivada de una dieta frugívora que seguía de forma estricta desde hacía años.

Su alimentación estaba basada únicamente en frutas crudas, una práctica conocida como frutarianismo, que excluye cualquier alimento cocido, procesado o incluso semillas que puedan generar nuevas plantas.

Los empleados del resort describieron a la joven como “extremadamente delgada, con los ojos hundidos y dificultad para mantenerse de pie”. A pesar de las advertencias, se negó a recibir asistencia médica.

En redes sociales, Karolina solía compartir su rutina, recetas y reflexiones sobre la vida natural. Sin embargo, muchos seguidores expresaban su preocupación por su aspecto físico y por los efectos visibles de su alimentación. Amigos cercanos señalaron que sufría desde hace tiempo trastornos alimentarios, fatiga crónica y dificultades para caminar.

Graduada en la Universidad de Leeds, en Inglaterra, Karolina se había convertido en una figura del bienestar y el yoga. Promovía una vida minimalista y natural, convencida de que la pureza del cuerpo conducía a la claridad mental. Su contenido, seguido por miles, buscaba inspirar una conexión con la naturaleza, aunque terminó mostrando los peligros de llevar una filosofía de vida al extremo.

El frutarianismo o frugivorismo es una forma radical del veganismo. Quienes lo practican obtienen entre el 70% y el 80% de sus calorías diarias a partir de frutas crudas. Algunos complementan con pequeñas porciones de verduras o semillas, pero rechazan por completo granos, cereales, carnes, lácteos o cualquier alimento cocinado.

Figuras históricas como Mahatma Gandhi y Steve Jobs experimentaron con esta dieta, pero incluso ellos advirtieron sobre los riesgos del extremismo alimentario. En el caso de Karolina, su cuerpo no resistió la falta prolongada de nutrientes esenciales.